Al jugar, un chico se enfrenta con situaciones nuevas y adquiere las habilidades necesarias para dominarlas.
Los especialistas señalan que para que una actividad se considere como juego debe tener las siguientes
características:
• Ser elegida libremente por el niño.
• Ser divertida y placentera para quien participa en ella.
• Motivar por sí misma, ya que cuando la motivación es ganar un premio y no el placer que implica, no se considera juego.
• Ser experimentada en alguna medida como propia,
porque la imaginación de quien juega debe ponerse de manifiesto.
• Promover el interés y el compromiso del niño que participa en ella.
El juego es el mejor recurso para facilitar el aprendizaje, estimula el cerebro y el cuerpo. Es por ello que los padres deben tener especial cuidado al seleccionar los juguetes para sus hijos. Éstos deben ser divertidos, seguros y, preferentemente, didácticos.
Al elegir un juguete, se deberá tener en cuenta que responda a las necesidades particulares de cada niño, a su nivel de desarrollo y a sus gustos e intereses.
El juguete ideal tiene que estar en un equilibrio entre las habilidades del chico y sus deseos de aprender nuevas destrezas. Si bien la edad del pequeño puede ser una guía, es importante que los padres conozcan el nivel de desarrollo de sus hijos para que los juguetes que elijan sean los más adecuados.