Azarias Pallais
Ahora que estás iluminado
Ahora que estás iluminado hueles tanto, que nunca las más perfectas rosas supieron hasta dónde llega tu buen olor; como la Magdalena, tus manos olorosas ya tocan los fragantes pies de Nuestro Señor, ahora que que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado es de cielo tu boca, son de gloria tus labios, pues gustan en la mesa del reino. Tontería el néctar de los dioses, el vino de los sabios y las viandas insulsas de la teosofía, ahora que estás iluminado.
Ahora que estás iluminado tocas al Que nos toca divinamente. ¡Manos más dichosas las tuyas!, tus manos tocadoras. Tocas, estás tocando con tus dedos cercanos, a Jesús, el Espejo sin mancha de las horas, ahora que estás iluminado.
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