Pincelada
(Para Valentín Giró, Poeta) El Sol, ya a fin de la jornada, desde occidente vigila como una enorme pupila de roja sangre inyectada. Amplia mar, ensangrentada, grave, imponente y tranquila, finge la luz que vacua en la celeste morada. Con dulce melancolía, la tarde doliente y fría, va cerrando el áureo broche. Mientras grave y lentamente va conduciendo a Occidente su catafalco la noche.
FEDERICO BERMÚDEZ Y ORTEGA
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