El león ruge y va hacia ella.
A un metro, la rubia se abre el vestido y se queda completamente desnuda.
El león se detiene de inmediato. Se acuesta y empieza a lamer los pies,
luego va subiendo poco a poco y lame todo el cuerpo de la rubia.
El dueño del circo se queda boquiabierto:
- ¡Coño! Nunca he visto nada parecido.
Mira al jubilado y dice:
- ¿Usted puede hacer lo mismo?
El jubilado:
- Por supuesto. Pero saque antes al león.