Con las únicas armas que tengo, te escribo y te canto. Con cada primavera que cae, tu recuerdo enhebra una vez mas, la sonrisa que con el viento calla.
Te quiero. Y la mar no ha de cesar ese oleaje con sabor a viento, que desplegara un verso en pequeños fragmentos.
Tu memoria y el tiempo hacen profecía, pactan cada vez mas efemérides que devoraron las aves con los años. Tu recuerdo cae una vez mas en casualidad, y no motiva a desesperarme, ahora que lo edificado ha caído, siento que el fin esta cerca, cuando el comienzo no existe.
Con mi corazón, y tu pecho y mi voz, te deseo. Con tu música, tu recuerdo y mi canción, te quiero.
(Ivis Aguilar)
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