Deseo
Éramos yo y el mar.
Y el mar estaba solo y solo yo.
Uno de los dos faltaba.
Antonio Porchia
Antojo de mar bravío celeste intenso en el cielo berretín y mi desvelo recurrente sueño mío
Que blanca luzca la arena y tan libre el corazón todo el sueño y pretensión ya lejos quedan las penas
Dibujo de una sonrisa el sol luciendo brillante una esperanza adelante ningún apuro, sin prisa
Espuma, los pies mojados satisfacción en el alma tiempos de paz y la calma justo premio tan soñado
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