Por esos sortilegios del tiempo espiralado,
nos volveremos a ver seguramente
cuando la verdad huya de su cárcel
de relojes del imperio en decadencia
y las horas no sean necesarias
nos volveremos a ver cuando la luz sea unívoca
la trascendencia el arte cotidiano del espíritu
en el límite justo de lo etéreo
nos volveremos a ver cuando las dimensiones
abran las puertas de lo incorpóreo
a los ojos del mundo en el vórtice extasiado de la paz
nos volveremos a ver cuando los guardianes del tiempo
rediman el regreso de Kinich-Ahau (*)
no desesperes
por esos sortilegios del tiempo espiralado
nos volveremos a ver
un día de estos
hoy o mañana
(*): nombre que los mayas clásicos daban al sol
© Juan José Mestre.