Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades, pedir pues resta sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.
Autor del poema: Lope de Vega
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