Cada vez que me miras
Veo en la claridad de la luna, Lo que refleja en tu rostro.
Veo en los ojos del sol, Lo que no me dice la luna, Lo que no comparten las estrellas; Lo que la órbita de este planeta, No canta en su giro ancestral.
¿Sabes una cosa? De lo que emana el río de la vida, La tercera parte es de tus aguas.
El sólo agrega un cauce, que te conduzca al dulce lugar.
Espero que entiendas, lo que grita el limbo, un canto jamás cantado, arena que no fue alzada, Del desierto que nadie anduvo...
Sereno como el silencio.
Colaboración de Andrés Fabián Perdomo
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