Nunca me dejes
Qué sería de mí, sin ti mi amor, si tu cuerpo no tocara lentamente el mío, si tu pelo no cayera dócil y frágilmente sobre mi pecho transpirado por tu fragancia.
Qué sería de mí, sin tus ojos color arena, si no tuviera tu silueta desnuda en mis sueños sin tus manos que denotan fragilidad y ternura, es tu cuerpo una escultura de mármol, y mis manos el cincel que lo moldea.
Qué sería de mí, sin tu divinidad, sin tu abrazo ardiente cada amanecer, sin tus alas que me transportan a otras dimensiones, sin tus palabras que lo embellecen todo.
Colaboración de Felipe Guerrero
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