Así te busco:
Navegando en las aguas de la noche
sobre un viento alado;
parto a las cercanías de tus mares.
Si alzara mis ojos a las estrellas,
ellas mismas entonaran tu nombre,
porque de veras amo
hasta lo estrenduoso de tu bronce.
En el reino de la luz de tu canela,
la noche de tus ojos
brilla como el día al mirarme
y en los hoyuelos de tus mejillas
se desborda el jazmín.
Si no el agua y la brisa, en el tejado
de mi suspirar, son una realidad.
Volvamos a nuestro lugar de descanso... amada mía,
porque el vigor del nardo ha relajado la noche
y las gotas del roció han refrescado nuestro jardín.
Las orillas de la noche están adornadas con tu gracia.
Junto a los ríos de la luna nos sentamos,
sólo los oídos de la noche escuchan
nuestros cánticos de amor.
Incesantes llamaradas de pasión
entibian las brisas nocturnas.
Hasta que fluya la madrugada, si... oh amada mía
hasta que despierte el sol nos rodearán niebla y rosa.
Hemos tomado las alas del alba, para subir a
mares lejanos,
y sobre las nubes en medio de ellas...
me he perdido en la vid de tu exhalación.
Israel W Borges