Una Lagrima
Gota del mar donde en naufragio lento
se hunde el navío de una pena;
gota que, rebosando, nubla y llena
los ojos olvidados del contento.
Grito hecho perla por el desaliento
de saber que si llega a un alma ajena,
ésta, sin escucharlo, le condena
òr vergonzaso heraldo del tormento.
Piedad para esa gota, que es cual llama
de la que el corazón se desahoga
cual desahoga espinas una rama.
Piedad para la lágrima que azoga
el dolor, pues si asçi no se derrama,
el alma, en esa lágrima se ahoga...
José Angel Buesa