Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario
485 Con igual disposición recibo la alegría y el sufrimiento, la alabanza y la humillación; recuerdo que la una y la otra son pasajeras. ¿Qué me importa lo que digan de mí? Ya hace mucho he renunciado de todo lo que concierne a mi persona. Mi nombre es hostia, es decir, víctima, pero no en la palabra sino en la acción, en el anonadamiento de mí misma, en asemejarme a Ti en la cruz, oh Buen Jesús y Maestro mío.
Comentario:
Todavía estamos lejos de esta actitud que tenía Sor Faustina. Nosotros todavía nos preocupamos por lo que dicen de nosotros, y las alabanzas nos inflan, y las humillaciones nos abaten y desalientan. Pero no nos desanimemos, que mañana será mejor, porque si perseveramos en la oración y en la recepción de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, entonces, poco a poco nos iremos desprendiendo del amor propio y llegaremos a esta santa indiferencia, y nos preocuparemos solo por lo que Dios piense de nosotros, y no por los que los hombres piensen y digan de nuestras personas. Como Apóstoles de la Divina Misericordia, tenemos que ser valientes y arrojados. Que el mundo se burle de nosotros, ¿qué importa?, basta que nosotros hagamos la voluntad de Dios y salvemos almas, y después en el Cielo se verá la verdad de todo.
Jesús, en Vos confío.