¿QUE VOY A HACER CON MI VIDA?
Todos generamos sueños durante nuestras vidas.
También deseamos creer,
en lo más profundo de nuestro ser,
que hemos adquirido poderes especiales,
talentos innatos.
Que somos diferentes,
que podemos lograr lo que queremos
y hacer de este mundo algo mejor.
En algún momento de nuestras vidas todos tenemos una visión
acerca de la calidad de vida que creemos merecer.
Sin embargo,
no siempre conseguimos lo que queremos
y nos vemos envueltos en frustraciones y rutinas de la vida cotidiana,
hasta el punto de dejar pasar la existencia
sin hacer ningún esfuerzo para cambiar ese status.
Los sueños que alguna vez se tuvieron
se han desvanecido para las mayorías,
y con éstos la voluntad que teníamos para configurar nuestro propio destino.
Tengo la creencia de que todos estamos aquí para contribuir en algo único,
que en lo más profundo de nosotros mismos yace un don especial.
Creo verdaderamente que en todos nosotros hay un gigante dormido.
Quizá sea un talento que coincide con una competencia,
o una afición que puede contribuir a nuestros sueños.
Puede tratarse de una forma especial de relacionarse con las personas,
una actividad genial para la innovación tecnológica.
La cuestión es cómo despertar ese gigante interior
y así poder salir,
quizá,
de nuestro círculo vicioso,
o tal vez reinventar nuestro círculo virtuoso.
Un proverbio chino dice:
“Siembra un pensamiento,
cosecha una acción.
Siembra una acción,
cosecha un hábito.
Siembra un hábito,
cosecha un carácter.
Siembra un carácter,
cosecha un destino”.
Para lograr este cambio
requerimos congelar nuestro sistema de creencias
de lo que no somos capaces de hacer,
ya que todos los progresos personales
empiezan con un cambio en las creencias.
Hay mucha gente que llega al final de sus vidas
preguntándose qué podría haber llegado a ser...
Quizás el ser consistente sea un elemento importante en nuestras vidas.
¿Acaso no es eso lo que todos andamos buscando?
Creo que no queremos crear resultados positivos de vez en cuando:
no queremos sentirnos alegres y realizados solo un momento,
ni ser los mejores sólo esporádicamente.
Lo que buscamos es la consistencia,
y la verdadera consistencia queda establecida por nuestros hábitos.
Somos lo que hacemos consistentemente
Si todos los días tenemos el hábito
de contentarnos con informarnos a través de las noticias de las nueve
y dando una ojeada a un diario,
nuestra opinión sobre el acontecer será igual a la de los otros.
En este caso,
nuestro hábito es menor,
por lo tanto nuestro carácter también lo es.
Si no nos motivamos nosotros con nuestras realizaciones,
menos podemos hacerlo con otros.
El hábito es el mejor de los sirvientes,
o el peor de los amos.
(Fernando Vigorena Pérez)
FELIZ FIN DE SEMANA, SE LES QUIERE MUCHO Y QUE DIOS LOS BENDIGA