Te
amo cuando acaricio la madera:
la caoba que sangra, el roble duro.
Tu
perteneces el linaje puro
que fragua anillos cada primavera.
Y
floreces también como si fuera
tu cuerpo un árbol de nogal
maduro;
palisandro de aromas, cedro oscuro,
estoy en ti como una
enredadera.
Ombú
que entre mis ojos amaneces;
sándalo que te creces de armonía,
ébano
verde, olivo que te creces
de
amor para mis brazos solitarios,
cuando siembras mi tierra yo diría
que
respiro los bosques milenarios.
Dora
Castellanos