¡Providencia!
Divino Niño Jesús, tú sabes que mientras estamos en este mundo necesitamos de las cosas materiales para poder vivir y subsistir, por eso es que, además del bien para mi alma, también te pido tu providencia bendita en lo material, para que pueda desarrollar mi vida y la de mi familia decentemente.
Yo sé que tú no reprendes que te pidamos lo material, sólo que no quieres que lo antepongamos al bien espiritual, pero también nos quieres conceder lo necesario para vivir, e incluso nos quieres dar mucho también en riquezas, con tal de que no nos atemos a ellas desordenadamente.
Niño Jesús, tú que quisiste recibir, desde pequeño, los dones de los Reyes Magos, te pido también que mis benefactores se apiaden de mí y me ayuden en lo espiritual pero también en lo material, para que yo pueda cumplir bien mi misión aquí en la tierra, esa misión que tú, desde toda la eternidad, me has encomendado llevar adelante.
¡Te amo con todo mi corazón, Divino Niño Jesús!, y por los méritos de tus doce años de infancia, es que te pido ¡providencia! Y no sólo te la pido para mí y mis cosas, sino también para los míos, para mis seres queridos que tanto amo, y que sé muy bien que tú también amas mucho.
Ten compasión de mí y cólmame con tus dones de todo tipo, para que yo sea rico a tus ojos, y con los bienes que me des, pueda ser generoso con mis hermanos y utilice los regalos de tu providencia en hacer buenas obras de amor y misericordia.
¡Bendito seas por siempre, Niño Jesús!