Ven y lo verás.
2013-08-24Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Oración introductoria
Jesús, aquí estoy, respondiendo a tu «ven y verás». Ayúdame a orar consciente de que la oración en la fe consiste en disponer mi corazón para hacer la voluntad de Dios, nuestro Padre. Te amo y, a pesar de que no siempre soy capaz de aceptar con paz el sufrimiento, sé que me amas y me buscas en todo momento para ofrecerme tu gracia.
Petición
Señor, que aumente mi confianza y mi intimidad contigo para buscar siempre la santidad en la coherencia y en el cumplimiento de tu voluntad.
Meditación
Ven y lo verás.
«El cuarto Evangelio cuenta que, después de haber sido llamado por Jesús, Felipe se encuentra con Natanael y le dice: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús el hijo de José, de Nazaret". Ante la respuesta más bien escéptica de Natanael —"¿De Nazaret puede salir algo bueno?"—, Felipe no se rinde y replica con decisión: "Ven y lo verás". Con esta respuesta, escueta pero clara, Felipe muestra las características del auténtico testigo: no se contenta con presentar el anuncio como una teoría, sino que interpela directamente al interlocutor, sugiriéndole que él mismo haga una experiencia personal de lo anunciado. Jesús utiliza esos dos mismos verbos cuando dos discípulos de Juan Bautista se acercan a él para preguntarle dónde vive. Jesús respondió: "Venid y lo veréis".
Podemos pensar que Felipe nos interpela también a nosotros con esos dos verbos, que suponen una implicación personal. También a nosotros nos dice lo que le dijo a Natanael: "Ven y lo verás". El Apóstol nos invita a conocer a Jesús de cerca. En efecto, la amistad, conocer de verdad al otro, requiere cercanía, más aún, en parte vive de ella» (Benedicto XVI, 6 de septiembre de 2006).
Reflexión apostólica
«El cristiano reconciliado con Dios sabe que no puede haber espacio en su corazón para la amargura ni el desaliento. Es preciso reemprender el camino con renovada confianza en la gracia de Dios y con la firme decisión de apoyarse en la fortaleza que procede de Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 261).
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Jesús, sé que a menudo soy muy escéptico y no confío en que sólo con tu gracia mi vida se puede transformar. Por eso pido a tu santísima Madre que interceda por mí para que sepa imitar la fe y la fidelidad que ella vivió.
Propósito
Voy a iluminar mejor mi conciencia sobre un punto de la fe o la moral consultando el Catecismo de la Iglesia Católica (Se puede encontrar en línea en http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html]