María Madre Misericordiosa
Viste al desnudo.
María con nosotros practica las obras de misericordia, y como buena Madre viste nuestra desnudez con la prenda de la gracia divina. Porque la gracia santificante nos la ha obtenido el Señor Jesús, pero nos la aplica María Santísima, ya que Ella es la Medianera de todas las gracias. Así María viste a los desnudos, es decir, nos viste a nosotros que estábamos desnudos por el pecado original y por los pecados personales.
Como niños pequeños dejémonos vestir por nuestra Madre del Cielo, que Ella tiene vestidos primorosos para nosotros, porque la Virgen, si la dejamos hacer, no sólo nos viste humildemente, sino que nos arropa con prendas de reyes y reinas, de modo que aparecemos ante Dios como príncipes de su Reino.
Dejemos a María la tarea de vestirnos con dones y gracias de todas clases, y de parte nuestra sólo confiemos en Ella, que es Madre de Misericordia. Y si estamos desnudos por el pecado, es tiempo de que volvamos a Dios por medio de una sincera y completa confesión con un sacerdote, y será Jesús por medio de María y a través del sacerdote católico, que nos arropará nuevamente con el vestido de la gracia santificante.
Pidámosle también a la Virgen que arrope de virtudes y gracias a todos nuestros seres queridos, que a veces andan por la vida, desnudos, sin darse cuenta que están desnudos, porque les falta la gracia de Dios en sus almas.