Dios de mi vida, quiero entregarte hoy mi corazón para que lo restaures y lo hagas florecer, obres en él y lo moldees según tu conveniencia.
Siguiendo tus pasos, nada puede causarme dolor, porque Tú me fortaleces y llenas mi espíritu de ánimos para luchar con todas las fuerzas de mi corazón.
Quiero descubrirte en mi pequeñez y darte a conocer, no con grandes discursos, sino con pequeños actos de amor que muestran tu compasión.
Irrumpe amorosamente con todo tu poder en mi vida y haz que arda en deseo profundo de darte a conocer y alegrarme de tus maravillas.
Sintiéndome acogido por la ternura del Niño a Dios, quiero llevar su mensaje de salvación con alegría, dando esperanzas a los corazones entristecidos
Acepto tu propuesta de felicidad y tu deseo de germinar en mi vida. Estoy seguro de que, tomado de tu mano, nada podrá hacerme desfallecer.
Te pido que vengas y cuides de los míos, llénalos de tu alegría, esa alegría que rompe las dificultades y hace superar las divisiones y diferencias.
Abro mi vida y mi corazón a tantas cosas buenas que provienen de Ti. Gracias mi Dios. Confío en Ti y en la frescura de tu dulce amor. Amén