El esquema básico de trabajo en esta disciplina contempla tres aspectos:
la interacción positiva del paciente con otros seres, la autoestima
y el empleo del ritmo como elemento generador de energía y orden.
La musicoterapia actúa como motivación para el desarrollo de
autoestima, con técnicas que provoquen en el individuo
sentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción
y mucha seguridad en sí mismo.
El ritmo, elemento básico, dinámico y potente en la música,
es el estímulo orientador de procesos psicomotores que
promueven la ejecución de movimientos controlados:
desplazamientos para tomar conciencia del
espacio vivenciados a través del propio cuerpo.