Te dejaron desnuda Buenos Aires, arrancaron tus ropas con violencia, y te cubrieron con diarios y cartones para ocultar tu impúdica inocencia.
Corrientes... ¿Qué le pasó a tus esquinas? Se han llenado de delincuencia y de delitos donde antes bullía la alegría.
Se silenció el pregón de los gorriones gritando las noticias cada día, y la voz de familias comentando, la cálida emoción de la salida...
Tus negocios cerrados... Taciturnos ... Tus vidrieras en cárceles sombrías. Un pavimento más frío que la muerte puso raíces de sombras a tus días.
Se alza al cielo el obelisco en la avenida cortada por heridas hacia el viento, y en diagonales y rectas el lamento de noches despobladas y vacías.
Un caminar de prisa... Solitario... De siluetas perdidas y sombrías, y alguna que otra imagen dolorida tirada por tus calles, hoy vacías.
¿Quién te embriagó con tanto alcohol y drogas haciendo añicos tu bella adolescencia? ¿Será que el juvenil retoño desconoce, que pese ser la reina de la noche, jamás, habías perdido la decencia?.
Que triste es verte así, como ramera, sin luces en la luz que te destella. Que triste que has quedado Buenos Aires cuando dejaste de ser, lo que antes eras.
Arroja el basural que te ha cubierto y lava en aguas puras tu silueta, que de seguro tendrás que bautizarte, para que vuelvas de nuevo a ser: "¡LA REINA...!"