Me gusta escucharte
sentir tu voz arrullando
ese sentimentalismo que llevo dentro.
Me gusta escucharte,
a lo más profundo de tu alma,
saber que rezas un nombre
que podría ser el mío.
Me gusta tu piel suave
ver como reflejas la luz
de todo aquello que podría tener
y aún no he tenido.
Me gusta todo tu ser
en lo profundo de mis sentimientos
en lo profundo de mi imaginación
en lo profundo de mi realidad.
Siempre me gustaste
desde la primera vez, ese momento
en que pude observar que me observabas
y fue como un manantial de sensaciones
que nunca podré revelarte.
Ilusión ¿que nombre de mujer llevas ahora?
¿Bajo que faldas se esconde tu tesoro?
¿Dónde se ocultan esos ojos,
que desde hace tiempo enmarcan mi destino?
Tienes algo de mi que necesito
en el firme horizonte de tu cuerpo
eres la savia que alimenta mis raíces,
la fiebre incontenible de mis dedos.
Ilusión ¿Cuál es la piel que te aprisiona?
¿Dónde ocultas la magia y el cansancio?
o ¿En que puerto amarras a tu alma?
aquella que arrastra el carácter
de viajera incansable
en el río del amor.