Deseos que me provocan me saborean la boca... Como un fuego abrazador son tus labios, esos que me derriten, y que rica sensación lo perverso que llevan tus besos en sucesión.
Arrimados, apretados, entregados y a la pared grabamos nuestro aliento boca a boca, a puerta cerrada, bajo el sótano nos vamos tejiendo, urdiendo cada parte del cuerpo esparcidos por doquier.
Destellos en ambas manos devanando mi espalda haciéndome retorcer, enredado en mi pelo, se me encara el placer.
Me consumes, me detienes me haces tuya hasta el amanecer.