*** A FUEGO LENTO ***
Diría que tu juego favorito
es clavarme alfileres en el corazón.
No te cansas de cambiarme
flores por puñales,
y a mi amor, lo conviertes
en moneda de olvido.
Hay dos soles en tu vida, ambos oscuros.
Y dos lunas, ambas perdidas.
Soy tal vez frágil diana para tus devaneos
y al final de cada juego
vuelvo a casa sin saber
cuál es el papel que desempeño.
Los relojes a tu lado se adelantan y se atrasan,
desordenan mi vida organizada y tranquila,
convirtiendo las noches serenas en pesadilla
y un rebaño de búfalos embravecidos
me acompañan en mi sueño hasta el alba.
Y después de tan largo viaje,
sigo sin comprender a qué estamos jugando.
Si yo soy cristal y tú piedra,
si yo soy antídoto y tú veneno,
y sabiéndolo no hago nada
y me quedo aturrullado,
para que al final me des caza
como a un pajarillo
y me diluyo como azucarillo
en tus brazos en cada acercamiento.
Y no comprendo mi obsesión
por tan desesperante amor,
porque en cualquier momento
cuando vuelvo a tu lado,
irremediablemente muero
y recojo una y otra vez mis excrementos.
¡Escucha, amada, mi súplica!
Te pido desde lo más hondo de mi corazón
que me abandones en la soledad de mi vida,
a ver si algún día logro subsistir
sin tu perversa forma de amar.