Abuela,
me quedé pensando en lo comentaste ayer y te contesto ahora:
Me
da mucha pena por lo que tuviste que pasar en tu infancia, adolescencia y
juventud.
¡Cuánto
trabajo agotador comparando con la vida diaria de ahora! Sobre todo para las
mujeres que llevaban toda la carga del interminable trabajo doméstico, cuando a
los hombres nos inculcaban nuestras propias madres, que ese trabajo no era cosa
de hombres.
Si
no había muchas madres solteras, era porque se consideraba todo un escándalo y
estaban obligadas a abortar. Y deben haber sido muchas, porque ni siquiera
había anticonceptivos confiables.
Si,
la ropa se secaba al aire libre, pero antes había que lavarla a mano. Imagino
cómo sería con las sábanas.
En
cuanto a la comida rápida, olvidas que está de moda el “slow food”.
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¿Que detestas las palabras en inglés? No olvides que no es asunto nuevo y por
lo demás, en tiempos de TU abuela, se usaba el francés para todo.
No
existían tantos restaurantes de comidas simples, había que cocinar trabajosamente
todos los días.
Eso
de tratar de “señor” o “señora” a alguien mayor que uno, se considera una
impertinencia,
Ahora
nuestras vidas se rigen por las leyes que imperan en cada país y que son
propuestas por el buen juicio y el sentido común.
Casi
en todo el mundo imperan los derechos humanos y nadie puede ser rechazado ni
denigrado en razón de su género, su discapacidad, preferencias sexuales, ideas
políticas, religión o carencia de ella.
No
te preocupes, con los años no sólo se rigidizan las articulaciones,
también se presenta la rigidez cognitiva en algunas personas. Sólo tienes que
intentar ponerte al día. ¡Tú puedes!
Y
tendrás bastante tiempo para ello, recuerda que, gracias a los adelantos y
nuevas técnicas, el promedio de edad de la población ha aumentado muchísimo.
Un
abrazo, querida abuela.