Cuando el hombre vuelve a su casa, se encuentra una nota sobre la mesa del salón que dice:
Querido esposo:
He recibido tu fax y no puedo evitar darte las gracias por el aviso. Aprovecho la oportunidad para recordarte que tú también tienes 54 años. Al mismo tiempo, te comunico que para cuando leas este mensaje, estaré dándome un revolcón en el Gran Hotel Fiesta con Miguel, mi profesor de tenis que, al igual que tu secretaria, también tiene 18 años.
Como además de ser un empresario de éxito, eres licenciado en Matemáticas, podrás comprender fácilmente que estamos en las mismas circunstancias, pero… con una pequeña diferencia:
“18 entra más veces en 54, que 54 en 18′. Por lo tanto, no me esperes esta noche, llegaré mañana…”