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General: LEYENDAS CHILENAS
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De: diana72 (Mensaje original) |
Enviado: 22/04/2017 23:54 |
:: La Calchona
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(Recopilado por Julio Arancibia O.
La leyenda de La Calchona tiene más de una versión. Aquí nos detendremos en una de las más trágicas, que habla de una pastorcita de cabras que respondía a ese nombre y que vivía en los cerros de Melocotón Alto. Un aciago día la buena pastora fue salvajemente asesinada por unos jinetes que iban a un rodeo en San José de Maipo. Fue uno más de esos actos enajenados que inexplicablemente suelen realizar los seres humanos. Aquellos hombres actuaron en grupo, situación en la cual las personas de sexo masculino suelen envalentonarse peligrosa y miserablemente.
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Los hombres abusaron de ella, dejándola moribunda, después la remataron y, por último, utilizando corvos, mutilaron su cuerpo. Finalmente la enterraron debajo de un sauce que había estero adentro y que hoy lleva el nombre de Estero La Calchona.
El alma de la pastora comenzó a aparecerse al que pasase por allí de noche. Herida para la eternidad por aquellos violadores de cuerpos y vidas, esta alma humillada juró venganza, y manifestándose como una brisa helada, acompañada de gritos de ultratumba, inició la acción de derribar de sus caballos a los jinetes que osaban pasar por el lugar. Fueron muchos los inocentes que murieron por el impacto de las caídas, y otros sufrieron diversos males. Dicen que a algunos les chupaba la sangre. Los sobrevivientes contaban que una forma blanquecina que hedía a putrefacción y muerte los botaba del caballo al lograr que éstos se espantaran con sus gritos.
Las apariciones de La Calchona duraron mucho tiempo. Los vecinos del lugar aseguraban escuchar extraños gritos y lastimeros aullidos por las noches, provenientes del puente, y también decían ser testigos de las fuertes ventoleras que solían sacudir los árboles del sector, como queriendo arrancarlos de cuajo, mientras la vegetación aledaña permanecía en calma. Era la furia de un alma humillada manifestándose ante la maldad humana.
Un día, algunos pobladores se pusieron de acuerdo para expulsar a esta vengativa alma, que les causaba tantos padecimientos y temores. Para ello forjaron una gran cruz de hierro y la hicieron bendecir por alguna santidad. Luego la clavaron en el supuesto lugar donde se aparecía La Calchona. Sin embargo, todo lo que lograron con esta acción fue que su espíritu se pusiera aún más vengativo, pues desde entonces aumentaron sus andanzas y los ataques a los jinetes se hicieron aún más temidos.
Pero como todo tiene un fin, incluso también la eternidad, un día unos arqueólogos encontraron los restos de la pastorcita humillada. Se reunió la gente del lugar y después de arduas discusiones se pusieron de acuerdo para sepultar aquellos huesos en el cerro en que la pastora guardaba sus cabras en los tiempos de paz, antes de ser atacada por los machos envalentonados. Así se hizo, y se bendijo el lugar de su tumba. Desde entonces La Calchona nunca más se apareció por esos lugares y la gente pudo dormir con tranquilidad.
Mas, este relato no termina aquí. Hay una historia que cuenta de una dama que se comenzó a vestir con pieles de cabra y a maquillarse con pinturas blancas. Se les aparecía a los hombres que vivían en San Alfonso y sus alrededores cuando volvían a sus casas, borrachos en sus caballos, de noche. Esta falsa Calchona, seguramente guiada por un sentido solidario con aquella su igual que un día había sido ultrajada por algunos machos brutos, asustaba a los jinetes, se las arreglaba para derribarlos del caballo y les robaba lo que llevasen encima. Pero una noche, un hombre que no conocía el miedo salió a encontrarla simulando que estaba borracho. Cuando la mujer se le acercó, este sacó su pistola y le disparó a quemarropa. La mujer quedó sólo herida y fue encarcelada. Después de esto nunca se volvió a saber de algún incidente de falsas calchonas en el sector de Melocotón Alto.
No obstante, hay personas que aún hoy en día aseguran escuchar los aullidos de La Calchona y que piensan que su espíritu todavía no puede despegarse de esta tierra, y que vaga triste por los cerros esperando el día de su verdadera venganza. Pero hay también quienes aseguran que La Calchona ya no volverá, pues su historia aconteció hace tantos años, que sus asesinos ya están muertos, podridos y hechos tierra. Si es así, dicen aquellos, de seguro ha sido en otra dimensión donde la pastora y esos brutos habrán arreglado sus cuentas: allá donde todos iremos un día a parar.
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De: ANNY 42 |
Enviado: 23/04/2017 00:37 |
Se agradece este aporte , jamás habia escuchado esta leyenda, y en Chile si, que hay leyendas!!
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Bastante macabra la leyenda. Otra versión, pero anónima.
La Calchona
En la zona central de Chile aparece La Calchona (por mechuda o con pelo largo desordenado y sucio). Según el mito esta era una bruja, que en la noche se untaba ungüentos y podía transformarse en animales; su esposo e hijos eran previamente dormidos para evitar ser descubierta. Una noche olvidó sedarlos, y mientras se transformaba fue descubierta por los hijos; al irse al campo, transformada en oveja negra, sus hijos hicieron lo mismo y se transformaron en zorros; cuando desearon volver a ser humanos, no podían y con sus llantos despertaron al padre; este al comprende lo ocurrido buscó entre los muchos ungüentos hasta encontrar el correcto. Recuperados sus hijos, los agarró y se fue lejos al comprender que su mujer era una bruja. Cuando la bruja volvió no quedaba suficiente crema y sólo pudo recuperar su rostro y manos, quedando el resto de su cuerpo como oveja; no recuperó su capacidad para hablar, por lo que solo puede balar como una oveja. Por las noches, los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que es La Calchona; y le dejan un plato con comida y ya es totalmente inofensiva y está arrepentida de sus antiguos actos de brujería.
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De: diana72 |
Enviado: 03/05/2017 16:10 |
:: El Canto del Gallo
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Recopilado por Julio Arancibia O.
Un día, cuando era niño, tuve una experiencia, y luego escuché una historia que no demoré en olvidar. Ese día tuvo una noche oscura. Yo vivía en El Melocotón. Los perros aullaban. Un peón, mi hermano y yo, salimos de la parcela a buscar unas vacas para guardarlas en el establo. De repente el peón nos hizo callar y nos dimos cuenta de que los quiltros ya no aullaban. Se escuchó entonces el canto de un gallo. El tono de ese canto era como el de una viola y un violín desafinados sonando al mismo tiempo. Al escucharlo, corrimos hacia la casa y esperamos a que cesara el canto. Luego, el hombre nos contó la historia de este gallo maldito. Mucho antes, por el año 1800, vivía en los cerros de lo que después llegó a ser El Melocotón, una mujer que practicaba la magia negra. |
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En esa región había tres fundos, cuyos dueños eran españoles y residían allí junto a sus trabajadores. La vida transcurría sin contratiempos, hasta que llegó un año en que la cosecha estuvo mala y no hubo ganancias.
Pasaron al menos tres años de penurias, hasta que un día llegó al lugar un desconocido que, dadas sus características, fue bautizado por la gente como “el inquisidor”. Se trataba de un joven estudiante de teología, algo chiflado, quien, al escuchar la historia de la mujer de los cerros de boca de muchos de los residentes del lugar, historia en que se la describía como la causante de tantos males y la provocadora de tantas muertes, se enfureció y exclamó: ¡En nombre de la santa iglesia y de la inquisición, acabaré con ese engendro de Satanás! El joven no hablaba en vano, y, guiado por su fe y su fanatismo, cumpliría su promesa.
Un día la mujer de los cerros bajó hacia el poblado para robar animales y llevarlos a su cueva. Cuando terminó su cometido, cargaba entre sus manos un hermoso gallo, con el que pretendía hacer ritos de magia y, probablemente, después comérselo. No obstante, debido a la intervención del estudiante, eso no llegó a pasar. La mujer, cuando regresaba a los cerros, se encontró con el joven aspirante a sacerdote, quien, como buen inquisidor, la mató rociándola con brea y prendiéndole fuego.
- ¡Nunca más podrás seguir maldiciendo, bruja! –le gritó mientras ésta ardía. - ¡Pero sí ese gallo! –exclamó ella moribunda, y alcanzó a añadir:– ¡Quien lo escuche cantar morirá, y también el que lo mire!
La historia cuenta que, al tiempo, el joven estudiante se fue rumbo al seminario y que murió antes de alcanzar su destino. Del gallo se dice que es inmortal y que siempre anuncia con su canto, por las noches, las desgracias y los malos acontecimientos, como un oráculo de la muerte. También cuentan que hay personas de Melocotón que han escuchado su canto a medianoche, y que al poco tiempo han muerto, víctimas de alguna inesperada enfermedad o impensado accidente. El canto del gallo no deja indiferente a nadie que lo oiga, y puede hacer temblar hasta al más valiente de los hombres. Yo mismo pude comprobar su efecto aterrador aquel día en que lo oí y recordé la historia recién descrita.
Tiempo después, siendo ya más mayor pero aún muchacho, fui con unos amigos a acampar en un cerro del Melocotón, lugar del que yo me había mudado ya hacía un tiempo. Era un martes. A medianoche nos despertó el horrendo canto del gallo, una sinfonía desafinada y destempladora. Era como el grito de una bruja, eran violines, muerte, dolor de oídos, miedo y locura...
Sentí miedo, pero también sentí que la noche me envolvía con su manto protector. Lloré de miedo, pero las estrellas me consolaron con su color de plata. Pensé con miedo, pensé en aquel valle nocturno, pensé dónde poner mis huesos a descansar, mas el canto del violín hecho pedazos desafinó mi pensamiento. El gallo había cantado y pensé que yo podía morir en las montañas, luchando por descubrir de dónde provenía aquel sonido sepulcral de aquel desconsolado e inmortal animal, condenado a cantar el fantástico preludio de la muerte. Esa fue mi experiencia con el gallo, y aún estoy vivo...
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De: paty |
Enviado: 03/05/2017 20:27 |
La Añañuca
En un tiempo lejano, muchos antes de la Independencia, el pueblo Monte Patria, ubicado en la provincia de Limarí, se conocía con el nombre de Monte Rey, bautizado de esta manera por los españoles. En este lugar vivía Añañuca una hermosísima joven que era cortejada por casi todos los jóvenes del pueblo. Ninguno había sido capaz de conquistar el esquivo y reservado corazón de Añañuca,
El tiempo pasaba tranquilo para Añañuca, hasta que un día asomó en el poblado un extraño minero, buenmozo y gallardo quien iba en busca de un tesoro perdido.
El minero al ver a Añañuca quedó impresionado con su belleza y decidió quedarse en Monte Rey. Ambos se habían enamorado.
Pero una noche el joven tuvo un extraño sueño. Un duende de la montaña le dio a conocer en ese sueño el lugar exacto donde se encontraba la veta de la mina que tan obsesionado lo tenía. Sin pensarlo dos veces decidió partir en su búsqueda.
Añañuca esperó y esperó a su buenmozo y gallardo minero. Sin embargo, él no regresó. El espejismo de la Pampa se lo tragó.
La joven vivía sin consuelo hasta que finalmente murió de una infinita pena amor. Añañuca fue sepultada por la gente de Monte Rey en un día de fuerte lluvia.
Al día siguiente el sol alumbró y el valle como por arte de magia se llenó de bellas flores rojas, las que hoy se conocen con el nombre de Añañuca, en honor a la joven.
A la Añañuca (Hippeastrumsp) la llaman también flor de sangre. Abunda entre Copiapó y el valle de Quilimarí. Crece después de las breves lluvias durante el llamado Desierto Florido.
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De: diana72 |
Enviado: 16/05/2017 16:24 |
Todo comenzaron en Puerto Rico, en el pueblo de Moca, por esta razón el primer nombre que recibió fue el Vampiro de Moca. El Vampiro de Moca era conocido por matar animales drenándoles la sangre a través de dos agujeros en el cuello, los cuales se decida que los hacía con sus afilados dientes.
Después de que se comenzó a correr las noticias de las matanzas ocasionadas por el Vampiro, otros países también comenzaron a dar a conocer sus casos de matanzas de la misma forma que en Moca. Rápidamente se le comenzó a conocer con el nombre del Chupacabras. El primer avistamiento ocurrió en México, cuando un granjero comenzó a escuchar ruidos fuera de su granja, este rápidamente agarro su escopeta y salió a ver lo que sucedía, pensando que coyotes del monte estaban atacando a sus animales, cuando por fin llego, se quedo sorprendido al ver un gran número de animales sin vida. Cuando comenzó a buscar al responsable no encontró nada, pero cuando giro su vista hacia el monte logro ver entre los arbusto unos ojos color rojo que lo observaban, sin pensarlo comenzó a disparar, esto ocasiono que el animal huyera, al día siguiente solamente encontraron un rastro de sangre que iba hacia el monte.
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De: paty |
Enviado: 16/05/2017 18:49 |
"LA NOVIA DEL CAMINO DE CHUQUICAMATA"
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"EXTRAÑA PASAJERA"
En el camino de Calama a Chuquicamata, en la Cuesta de Monte Cristo y hasta en las cercanías del cementerio de Calama o por la vía a San Pedro de Atacama, cada diez años, los conductores comienzan a denunciar la presencia de una mujer vestida de blanco, como una novia, que se pone frente a sus móviles, les obliga a detenerse y hasta se sube a las carrocerías y les acompaña parte del viaje para luego desaparecer sin dejar ninguna huella.
La gran mayoría de los choferes reconocen que esa realidad les da miedo y que les cuesta reaccionar positivamente luego de la experiencia. Para los más viejos mineros esas apariciones corresponden a la de una joven hermosísima, amada por dos hombres jóvenes, ninguno de los cuáles logró casarse con ella, porque la muerte impidió una injusticia.
En torno a ella habrían quedado sin aclarar su propio deceso y el de su novio.
Esos convencimientos, sin embargo, no aparecen dentro de los hechos policiales denunciados, ocurridos o perseguidos por la justicia de la Provincia El Loa, pese a que no son tan antiguos.
En la actualidad lo que podría derivar de situaciones ingratas es conocida como la "Leyenda de la Novia" y, extrañamente, la historia coincidente ha cambiado de escenario desde la Provincia El Loa a la Pampa Salitrera en su enorme extensión.
La historia no es tan lejana y la realidad estaría ubicada en los años de 1925 al treinta. Narra que en Calama había un matrimonio, cuya hija era muy agraciada y sencilla. La joven despertaba la admiración apenas la veían, porque tenía cualidades muy desconocidas entre las jóvenes de su tiempo, no sólo en Calama sino en todo el norte.
Un joven, vecino de esa familia, quien prácticamente se había criado con la hermosa niña, se enamoró y fue correspondido por la niña que veían en él, aparte de amor, muy buenas intenciones. Un día, en uno de los pimientos que había en la calle Balmaceda de Calama, estamparon un corazón atravesado por una flecha en el que inscribieron sus nombres. El árbol fue derribado y arrancado de raíz debido a que envejeció y se había convertido en un peligro. Fue el último testimonio de esa historia de amor, no muy conocida, especialmente porque los propios protagonistas querían mantenerla en secreto. Los viejos calameños aseguraban que entre ambos había una promesa de amor eterno.
"UN GRINGO"
La joven, debido a la urgencia económica familiar empezó a trabajar en Chuquicamata que, por esos años era sede repetida de grandes fiestas, en distintas casas de los gringos, de los jefes chilenos y en los establecimientos dedicados al rubro. Debido a la obligación de prestar servicio a sus patrones, la joven coincidió en una fiesta con un ingeniero muy joven recién llegado al mineral, quien había venido al norte ante la posibilidad de trabajar en la minería, pero no pertenecía a ninguna de las empresas que estaban laborando en Chuqui, Calama o la Pampa Salitrera.
Como le ocurría a todo hombre, el gringo joven se enamoró perdidamente de la joven. Tanto es así que esa misma noche le declaró su amor y le pidió matrimonio. La joven lo rechazó porque además de su promesa de amor, consideró que era motivo de burla por parte de quien sabía que ella era una simple empleada doméstica.
El gringo no se dio por vencido y convencido que podía subirse por el tronco y bajarse por las ramas, decidió conquistar a los padres de la niña. Lo logró a través de buenos regalos. Hay que decir que, en ese tiempo, los padres decidían el futuro de los hijos. De ese modo, le entregaron la niña al gringo, pero ésta mantuvo su rechazo y además, decidió dejar a sus padres. El papá se indignó y golpeó a la hija hasta mandarla al hospital. El gringo se sintió ofendido por la joven cuando ésta le dijo que lo rechazaba porque tenía una promesa de amor y era fiel a un joven calameño. El ingeniero cuyo amor por la joven era demasiado intenso, al límite de la locura, decidió ubicar al joven. Para ello, contrató los servicios de trabajadores que podían conocer a su rival de amores.
No se sabe que pasó, pero la tradición refiere que el joven del que la niña hermosa estaba enamorada, desapareció. La mayoría cree que lo hicieron desaparecer violentamente. Terceros se encargaron de contarle a la joven que su prometido ya no la quería y había dejado la Provincia El Loa para irse a las salitreras a trabajar y olvidar. El trabajo de convencimiento dio resultado y la niña terminó por aceptar al gringo.
"LA BODA"
Se hicieron todos los preparativos con grandes gastos, para una gran fiesta. Un vehículo debidamente engalanado pasaría a buscar a la niña a su hogar. La boda sería en Chuquicamata un sábado a las 20 horas. La novia, toda de blanco, esperaba que la fueran a buscar, pero pasó la hora y el vehículo no llegó. Ante esa realidad optó por salir a buscar locomoción para trasladarse al mineral. Esto es porque tenía muy claro que los compromisos hay que cumplirlos.
Pero, al salir de la casa, debido a la obscuridad reinante, dado que en Calama no había energía eléctrica, cruzó la calle, fue atropellada y debido a la gravedad de las lesiones murió. Los choferes a los que se les ha aparecido la describen como joven bonita que cruza delante de los automóviles llevando un ramo en la mano y como levantándose el vestido con la otra, como para no enredarse.
Respecto de esta leyenda, les cuento que a un amigo de mi hermano, merecedor de toda nuestra confianza se le apareció la Novia en el camino de Chuqui a Calama.
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De: diana72 |
Enviado: 17/05/2017 19:48 |
Llacolén.
Esta historia habla de una joven mapuche llamada Llacolén, que fue designada a casarse con Millantú, un joven guerrero. Un día la joven bajo a un lago cercano de la zona, en busca de agua. Pero al momento de llegar encontró a un hombre con armadura de metal y un gran caballo junto a el, Llacolén no pensó nada mas que en volverlo a ver. Un día su padre y el ejercito volvia de una batalla contra los españoles, y en ese instante a Llacolén se le ocurrió buscar a el español, y al bajar lo encontró caminando por las orillas del lago, cuando en ese instante el español saca su espada. Llacolén pensó en lo peor, pero no se dio cuenta que de la nada apareció Millantú, el cual se enfrente en una batalla muy breve entre ambos guerreros. Terminando en la muerte para ambos. Finalmente Llacolén sabiendo el verdadero significado de la guerra, decidió tirarse al lago para buscar consuelo.
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