Resulta de veras animosa esta historia.
Ya sabes que no me gustan las categorizaciones, así que yo diría que a veces ´si, a veces son malas reacciones, malas gestiones, malas acciones al fin, más otras veces n o lo son más que porque el resultado ha sido malo.
Pero es que en ese resultado no sólo estás tú, está el resto del mundo y los diversos momentos de la vida, Está el vehículo que por más que te ocupaste de revisar o revisó tu equipo, se encontró en el camino con una piedra demasiado gruesa y con aristas y quebró el motor. Está el otro que no reconoce o malinterpreta tu esfuerzo o tu espíritu, etc.
Sea lo que fuere, el caso es que se está en una determinada situación y es cierto hay que partir de ella y seguir a por el siguiente reto, o a por el mismo pero en distintas condiciones, porque se puede y se ha de intentar.
Sólo una cosa me gustaría señalar, algo que con cierta frecuencia observo, algo humano, cómo no!!, pero que también supone un reto a mejorar. No seamos crueles con los que aún no pueden.
Isidre necesitó un tiempo y una ayuda y unas condiciones , otros necesitan otras, o es más, a todos no les ha quedado esa concreta incapacidad, otros padecen otras y es especialmente triste que la incomprensión, la incomunicación, la falta de generosidad, de misericordia hacia el sufrimiento y las limitaciones que crea una enfermedad, sean precisamente ignoradas e incluso discriminadas por aquellos otros que claman atención para las propias. Cada uno tiene sus limitaciones, pero no hay que dudar de que cada uno hace también sus esfuerzos en sus concretas circunstancias y tienen asimismo sus méritos en lo poco que avancen, cada uno sus tiempos de recuperación y no es cristiano despreciar las limitaciones ajenas ni siquiera inteligente cuado se solicita atención para las propias.
TalVez
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No es necesario apagar la luz del prójimo para que brille la nuestra (Baruch) |