En un concurso de fuerza de caballos en una feria de condado el caballo que ganó el primer lugar movió un trineo que pesaba 2.041 kilos. El caballo que ganó el segundo lugar movió 1.814 kilos. El dueño de los dos caballos se preguntó cuanto podrían mover los animales si trabajasen juntos y cargaron el trineo. Así que los ataron juntos y cargaron el trineo. Para sorpresa de todos, los caballos pudieron mover 5.443 kilos.
A veces en la obra del Señor tratamos de llevar el peso de un trabajo solos. Sin embargo, cuando formamos equipo con otros, trabajamos con más eficiencia y podemos producir mucho más.
Eso fue lo que sucedió con Moisés cuando los israelitas iban a él para que solucionase sus disputas. Al principio trabajaba solo. Sus juicios eran efectivos, pero su método era ineficiente. Su suegro, que se dio cuenta de que Moisés se agotaría pronto, le aconsejó que manejase únicamente los casos difíciles y dejase que otros líderes resolvieran los más fáciles. Moisés siguió su consejo. Su eficiencia aumentó y se logró muchísimo más.
Puede que pensemos que podemos llevar una pesada carga de trabajo para el Señor. Pero si somos sabios, reconoceremos nuestras limitaciones. El compartir nuestros esfuerzos no sólo aliviará nuestra carga sino que también multiplicará el trabajo que se realiza.
Pensamiento: El trabajo en equipo divide el esfuerzo y multiplica el efecto.