Aún No te Conozco
Aún no he visto tú rostro, por tanto no logro imaginar cómo serás por más que lo intento. Pero eso no me impide saber que estás en algún lugar y que fuiste diseñado para que mi alma se conectara con la tuya.
Este es un sentimiento indescriptible porque mi corazón te siente y te presiente pese a que no te conozco. Y aunque a veces intento alejar las esperanzas, más fuerte es esta convicción de tu existencia.
¡Sé que estás cerca! Cómo explicar esto es lo que realmente no logro descifrar. Sin embargo eso no impide que pueda pensar y preguntar, qué estarás haciendo en este preciso momento en que escribo.
¿Estarás mirando el cielo desde la ventana así como yo? ¿Serás consciente de que aquí hay un corazón que aguarda por ti con serenidad y paciencia? Porque hay una sonrisa reservada únicamente para dar la bienvenida al encuentro. Hay unas manos que esperan sujetar las tuyas. Existe una senda que tiene nuestros nombres escritos al final de la meta. El sonido musicaliza todo el ambiente. Dulce armonía que me lleva a cuestionar cuán acorde serás para mí.
Cae la tarde, inicia una noche de invierno, quieta, callada y cautelosa. Me inspira imaginarme la luna plateada y llena que un día será testigo silente de nuestro encuentro.
¡Sí mi anhelado bien! Tú llegarás y yo seré para ti. El reloj camina apresurado, pero para los que aman y saben aguardar, el tiempo solo les recuerda cuán cerca esta ese momento.
Por eso mientras esperan, suspiran, sueñan, escriben y piensan.
Autora: Brendaliz Avilés