En tiempos de crisis no se puede hacer lo mismo que en tiempos de abundancia. Cuando enfrentamos una temporada de escasez, tenemos que cambiar nuestra forma de trabajar y de producir; una de las maneras que Dios ha diseñado para esto son las ideas creativas.
Todos aquellos que son fieles y traen sus primicias a Dios y lo honran con su dinero, tienen derecho a recibir sus ideas creativas para resolver cualquier situación crítica, ya sea en la familia, en el negocio, en los estudios o en el trabajo. Pero para que esto suceda, para que lo veamos y no lo perdamos, debemos pasar también, por un cambio de mentalidad y derrumbamiento de paradigmas. Tenemos que obrar de manera diferente porque los tiempos son otros.
El mundo tiene un paradigma acerca de los creyentes; piensa que son personas tontas, sin cerebro ni aspiraciones. Es más, yo pensaba así de los cristianos. Cuando no era creyente me reía de ellos. Pero esto no es así; especialmente ahora, Dios está levantando una generación diferente. A medida que empecé a involucrarme y predicar en las na-ciones, encontré que la verdad era otra. En todas las iglesias que he visitado, alrededor del mundo, he descubierto gente muy inteligente en todos los estratos sociales, gente de gobierno, gente de los círculos de negocios; gente de mente brillante: científicos, filósofos, médicos, abogados, escrito-res, deportistas, actores, generales de ejércitos, que ya eran cristianos o que están aceptando a Jesús como Señor y Salvador en esta época. He visto presidentes cristianos, senadores cristianos, grandes empresarios cristianos, y veo también cómo muchos creyentes que estaban atados por la religiosidad que no los dejaba estudiar, están siendo libres de ese pensamiento y se están preparando. Hubo un tiem-po en que algunas iglesias predicaban que las universidades eran del diablo, porque enseñan a no creer en Dios; o argumentan que Cristo viene pronto, y que por eso mismo, no vale la pena perder el tiempo estudiando, etcétera. He visto a mucho pueblo de Dios salir de la mediocridad y buscar darle a Él lo mejor. ¡Los cristianos somos un pueblo inteligente!