SALMO 63:1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas
Todos hemos visto alguna película donde el personaje se encontraba en el desierto buscando un oasis para beber agua. Esa sed intensa le consumía debido al calor reinante en dicho lugar. El pasaje de este día es una figura similar a la del personaje en el desierto. Su ser interior ardía de sed pero no por desear agua potable sino el Agua de Vida de la presencia viva de Dios. La sed espiritual es un síntoma de vida espiritual.
A veces tenemos varios años de cristianos y nos hemos amoldado a una forma de cristianismo y pareciera que nada nos conmueve y que aún la relación con Dios es algo lejano. Carecemos de sed espiritual. La sed espiritual me guía a buscar con desesperación la presencia del Espíritu Santo para ser saciado constantemente. El pasaje de Efesios 5:18 que dice “sed llenos del Espíritu Santo”, en el idioma original significa ser lleno continuamente.
Así como nuestra sed es continua y buscamos algo fresco para beber y saciarnos, nuestro espíritu tiene otra clase de sed, por cierto más profunda, que sólo puede ser saciada por el Señor. La medida de nuestra sed espiritual es la medida de nuestro andar con Dios.
¿Tenemos realmente sed de Dios?
Confesion de Fé:
MI ALMA TIENE SED DE DIOS Y SE SACIA CON LA PRESENCIA DEL ESPIRITU SANTO.
Oracion:
Me doy cuenta que no tengo sed de ti, oh Dios. Mi cristianismo se ha enfriado de tal manera que no siento desesperación por tu presencia. Abre mi ojos en este día y produce en mi esa sed de tu presencia para que solo tú puedas saciarme con tu Agua Viva!. Amen.