Lo que a primeras luces parecía imposible, se hizo realidad. Raúl llevaba seis meses recorriendo, con una carpeta bajo el brazo, todas las empresas que le recomendaron, con la convicción de todos, de que allí encontraría trabajo.
--Lo más desalentador es cuando te dicen que no hay vacantes—le comentó a su esposa esa noche, mientras una lágrima surcaba su rostro, dominado por la angustia--. Pasan los días y nada ocurre--.
--Debes tener fe en Dios—le respondió ella--. Estoy segura que Él responderá--.
Él siempre pensó que ella algo fanática y no compartía que fuera a la iglesia. Un día la acompañó, tan solo para quitársela de encima, y aunque el servicio le pareció agradable, no compartió que al predicar el Evangelio, hablaran de cambio. Él quería seguir bebiendo. También mirando mujeres. Ahora, sin embargo, estaba desesperado.
El panorama cambió cuando comenzó a clamar. Lo hizo al principio, sin muchas ganas. Luego fue imparable. Era su tabla de salvación. Y la respuesta vino. Alguien llamó a su teléfono celular. Hacía días que no se comunicaba con nadie, y le dijeron que lo requerían para un trabajo.
--Dios responde con poder
Igual que él, millares de personas han comprobado en todo el mundo, que los milagros son reales cuando nos disponemos a creer.
Una vida de oración
Lo comparto en todos los escenarios a los que me invitan a dar conferencias: No concibo un Guerrero Espiritual que no pase tiempo en oración. El autor, E.M. Bounds, lo expresa en sencillas palabras: "Se necesitan hombres de corazón íntegro para guardar los mandamientos de Dios y lo mismo para buscar a Dios. Estos son los que se consideran "bienaventurados". Sobre éstos descansa la aprobación de Dios". (Bounds, E.M. Los fundamentos de la oración. Editorial Clie. España. 198. Pg. 14)
Nuestro amado Salvador Jesucristo instruyó a sus discípulos y a nosotros hoy: "Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo..." (Marcos 13.33). Esa fue una de sus múltiples recomendaciones a pasar tiempo en la presencia del Padre celestial. El apóstol Pablo, por su parte, exhortó: "Orad sin cesar." (1 Tesalonicenses 5:17).
Pregúntese ahora, ¿Cuánto tiempo pasa en oración?¿Cuánto fue la última vez que fue al lugar secreto a estar en la presencia del Padre celestial? Insisto: no concibo un Guerrero Espiritual que no ore…
—me dijo--. Yo mismo creía que era asunto de fanáticos. Hoy puedo decir que el Dios de milagros es real--, explicó con una amplia sonrisa.
Fernando Alexis Jiménez