Señor, se que estos dos ultimos años, tu has visto mis lagrimas, y he de agradecerte por tu fidelidad, por haber estado a mi lado cuando otros me daban la espalda. Agradecerte por todo lo que me has cuidado, fortalecido y protegido en este tiempo siendo tu mi buen pastor, y abriendo puertas que me parecian imposibles sean abiertas para mi.
Puertas que me llevaron a lugares donde me enseñaste mas de ti, donde me diste palabras para compartir y puertas por las que afianzaste tu conocimiento y tu sabiduria en mi. ¡Se que esas puertas las abriste tu y no hay fuerza humana que las cierren! y por ello te pido que me continues fortaleciendo para poder mantener firme tus preceptos, tus mandamientos por donde sea que yo este y vaya.
Y como tambien me has dicho, saber donde sacudir mis pies del polvo en donde se me cierren esas puertas, porque no me las cierran a mi, sino a Ti, y seguir mi camino proclamando correctamente tu Santa Palabra, porque ella hoy reclama que ya el tiempo de santidad y de no abrazar al pecado...¡ ha llegado!.
Gracias, Mi Amado, por lo que tu de gracia me das y pueda yo tambien continuar dandolo de gracia. ¡Amen!
Graciela