La Medicina de Dios
Tomar tres veces al día hasta que llegue la fe, Entonces bajar la dosis a una vez al día para mantener la fe. Si la situación empeora, duplique la dosis. No tiene efectos secundarios dañinos.
(Estas no son citas directas de la Biblia, son confesiones parafraseadas basadas en las Escrituras)
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Jesús es el Señor de mi vida. Le prohíbo al pecado, enfermedad y la dolencia que tengan ningún poder sobre mí. He sido perdonado y soy libre del pecado y la culpa, y estoy vivo a la Justicia de Dios.
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Estoy libre del resentimiento y la contienda. Perdono así como Cristo me ha perdonado a mí porque el amor de Dios ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo.
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Jesús lleva mis pecados en su cuerpo sobre el madero; por lo tanto, estoy muerto al pecado y vivo a la justicia. Soy la Justicia de Dios en Cristo Jesús, y por sus llagas he sido sanado.
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Jesús llevo mis enfermedades y carga mi dolor. Por eso no doy lugar a la enfermedad ni al dolor en mi, Dios envió su Palabra y me sano
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Padre, por tu palabra soy vencedor. He vencido al mundo, a la carne y al diablo, por la Sangre del cordero y la palabra de mi testimonio
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Tú me has dado vida en abundancia. La recibo a través de Tu Palabra y esa vida fluye a cada órgano y cada tejido de mi cuerpo dándole vida y salud.
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Padre celestial estoy atento a Tu Palabra. Inclino mis oídos a tus razones. No permito que se aparte de mis ojos. La guardo en medio de mi corazón porque es vida y medicina a todo mi cuerpo.
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Así como Dios estuvo con Moisés, estará conmigo. Mis ojos no se saciaran de ver, ni mi fuerza natural desmayara. Benditos mis ojos porque ven y mis oídos porque oyen.
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No me sobrevendrá mal alguno, ni plaga tocara mi morada. Pues a tus Ángeles mandaras para que me guarden en todos mis caminos. En mi camino hay vida, sanidad y salud.
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Jesús lleva mis enfermedades y cargó mis dolencias. Por lo tanto, no permito que la enfermedad domine mi cuerpo. La vida de Dios fluye por mi cuerpo y trae sanidad a cada fibra de mi ser.
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Porque estoy redimido de la maldición, declaro que la verdad de Gálatas 3.13 fluye por mi sangre. Fluye a cada célula de mi cuerpo y restaura mi vida y sanidad.
***Padre, tu vida esta en mi. Primera de Pedro 2.24 fluye por mi sangre, vivificando cada célula de mi cuerpo. Tu Palabra se ha hecho realidad en mi carne, y la vida ha sido restaurada a cada célula de mi cuerpo, en el nombre de Jesús.
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Presento mi cuerpo a Dios porque es el templo del Dios Vivo. Dios mora en mí y SU VIDA penetra en mi ESPIRITU, mi ALMA y mi CUERPO, para llenarlo todos los días de la plenitud de Dios.
Fuente: El Poder Para Sanar
Bendiciones
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