MATEO CAP. 4
Mateo cap. 4: v 1 al v 4
Luego el Espìritu Santo condujo a Jesùs al desierto para que fuera tentado por el diablo, y despuès de estar sin comer cuarenta dìas y cuarenta noches tuvo hambre.
Entonces se le acercò el tentador y le dijo: Pero Jesùs respondiò: la Escritura que el hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.>
ENSAYO:
Así, pues, cuando nos decidamos obedecer a Jesús en la forma en que él decidió obedecer la encomienda a la que el Padre lo envió, sabremos que no deberemos dejar que los hombres se quieran aprovechar de nuestras necesidades materiales, físicas, afectivas o espirituales para hacernos caer en tentaciones que inconscientemente le quiten la honra, gloria y alabanza a Dios en la creencia de estar en su voluntad, ya que si clamamos a Dios en el Nombre de Jesùs para que sea purificado nuestro ser, seremos grato a sus ojos a través de la oración y a la obediencia fiel para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad su mandato separando lo material de lo espiritual.
Mateo cap. 4: v 5 al v 7
Despuès de esto, el diablo lo llevò a la Ciudad Santa, y lo puso en la parte màs alta del Templo, y le dijo: la Escritura dice: Dios ordenarà a sus àngeles que te lleven en sus manos para que tus pies no tropiezen en piedra alguna.> Jesùs replicò: la Escritura: No tentaràs al Señor tu Dios.>
ENSAYO:
No permitamos tampoco que los hombres nos quieran poner a prueba en las cosas de Dios porque éstas tienen un tiempo, un orden y un propósito incomprensible para todos aquellos que se basan en sus conocimientos culturales, científicos, tecnológicos o religiosos, lo que los ha ido alejando del Reino de Dios por no buscar la esencia espiritual de su Palabra.
Mateo cap. 4: v 8 al v 11
En seguida lo llevò el diablo a un cerro muy alto, le mostrò todas las naciones del mundo con todas sus riquezas y le dijo: Entonces Jesùs le respondiò: la Escritura: Adoraràs al Señor tu Dios, a èl sòlo serviràs.>
Entonces lo dejò el diablo y acercàndose los àngeles se pusieron a servir a Jesùs.
ENSAYO:
Tampoco debemos dejarnos convencer por nadie a obtener riquezas y honores en este mundo de acuerdo a tradiciones religiosas, ya que si adoramos y servimos al Señor, nuestro Dios y guardamos y enseñamos a cumplir la Palabra de Jesús y todos nuestros proyectos los ponemos en sus manos, él derramará bendiciones sobre nosotros para que seamos prosperados hasta que sobreabunde para la honra, gloria y alabanza de Dios.
Mateo cap. 4: v 12 al v 17
Oyò Jesùs que habìan encarcelado a Juan, por lo que se alejò, volviendo a Galilea. Allì, dejando la ciudad de Nazaret, fue a vivir a Cafarnaùn, cerca del lago, en los lìmites de Zabulòn y Neftalì.
Asì se cumpliò lo que dijo el profeta Isaìas:
A tus habitantes postrados en tinieblas los iluminò una luz grande. Estaban sentados en la regiòn sombrìa de la muerte, pero apareciò para ellos una luz.>
Entonces fue cuando Jesùs empezò a predicar. Y les decìa:
ENSAYO:
Cuando Jesús escuchó que Juan había sido encarcelado, supo que su ministerio debería de iniciarse para que la luz que de él emanaba empezara a iluminar la mente del hombre, así nosotros, cuando nos separemos de esas cadenas de opresión religiosa disfrazadas de libertad, pidamos que la luz de Jesús ilumine nuestra mente y corazón para entrar en el conocimiento espiritual de su enseñanza y decirle a nuestros hermanos como Juan les dijo a los judíos: cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado.
Mateo cap. 4: v 18 al v 25
Caminaba Jesùs a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simòn, llamado despuès Pedro, y Andrès, que echaban las redes al agua porque eran pescadores. Jesùs les dijo:
Los dos dejaron inmediatamente las redes y empezaron a seguirlo.
Màs allà vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, que con Zebedeo, su padre, estaban en su barca, zurciendo las redes. Jesùs los llamò, y ellos tambièn dejaron la barca y al padre y empezaron a seguirlo.
Jesùs recorrìa toda la Galilea enseñando en las sinagogas. Predicaba la Buena Nueva del Reino y sanaba todas las dolencias y enfermedades de la gente. Por eso se extendiò su fama por toda Siria.
Le traìan todos los enfermos, los aquejados por males y dolencias diversas, los endemoniados, lunàticos y paralìticos, y a todos los sanaba. Lo seguìa un gentìo inmenso de Galilea, Decàpolis, Jerusalèn, Judea y del otro lado del Jordàn.
ENSAYO:
Jesús nos está llamando para que lo sigamos y aprendamos de él, para que el Poder del Espíritu Santo sea manifestado en todos aquellos que sigan su enseñanza espiritual guardando y enseñando a cumplir con fidelidad su Palabra como la voluntad de Dios, dejando atràs tradiciones religiosas para comprenderla mejor, y colocando las cosas espirituales de Dios sobre las cosas materiales de hombre, y recibir, de Jesùs, a travès de la reflexiòn y meditaciòn de su Palabra, la sanaciòn de nuestras dolencias y enfermedades.