MATEO CAP. 7
Mateo cap. 7: v 1 al v 5
No juzguen y no seràn juzgados; porque de la manera que juzguen seràn juzgados y con la medida con que midan los mediràn a ustedes. ¿Por què ves la pelusa en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo? ¿Còmo te atreves a decir a tu hermano: dèjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tù una viga en el tuyo? Hipòcrita, sàcate primero la viga que tienes en el ojo y asì veràs mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano.
ENSAYO:
No debemos convertirnos en jueces de nadie para condenarlo porque podemos equivocarnos, y eso mismo podría sucedernos a nosotros. Es mejor tratar a los demás como queremos ser tratados, por eso, debemos esforzarnos en tratar de discernir la enseñanza de Jesús por medio de la reflexión y meditación seria y profunda de ella, para que cualquier cosa que estorbe nuestra visión espiritual sea retirada de y podamos ver mejor, para tratar de que, quien padezca de lo mismo, pueda también retirarla de su ser.
Mateo cap. 7: v 6
No den las cosas sagradas a los perros, ni echen sus joyas a los cerdos. Ellos podrìan pisotearlas y despuès, se lanzarìan encima de ustedes para destrozarlos.
ENSAYO:
Tengamos cuidado con las cosas espirituales de Dios que nos han sido confiadas y que son como joyas de gran valor, ya que nos han sido dadas para cuidarlas con esmero y dedicación y no para discutir inadecuadamente en ellas, ya que siempre habrà personas que se han dejado subyugar por enseñanzas y mandatos de hombre quienes querràn destrozarnos porque el discernimiento espiritual recibido de la Palabra no va de acuerdo a su forma de pensar, ya que èsta ha sido alterada al libre albedrío del hombre para intereses muy particulares e involucrar a otros a hacer lo mismo bajo la consigna de que toda autoridad está dada por Dios, sin darnos cuenta, o no querer hacerlo, de que el pensar así se está menospreciando la voluntad de Dios, porque la autoridad que él otorga es para servir y no para ser servidos en las cosas espirituales de Dios.
Mateo cap. 7: v 7 al v 12
Pidan y se les darà; busquen y hallaràn; llamen a la puerta y les abriràn. Porque el que pide, recibe; el que busca, halla, y al que llame a una puerta, le abriràn. ¿Quièn de ustedes da una piedra a su hijo si le pide pan, o una culebra si le pide pescado? Si ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razòn el Padre celestial. Padre de ustedes, darà cosas buenas a los que se las pidan.
Entonces, todo lo que ustedes desearìan de los demàs, hàganlo con ellos: ahì tienen toda la Biblia.
ENSAYO:
Quienes estamos reflexionando y meditando seria y profundamente la doctrina de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento, es porque queremos buscar el Reino de Dios y su Justicia de acuerdo a ella, y nos estamos preparando, para pedirle al Padre que el Espíritu de Jesús de Nazaret se haga uno en nuestro espíritu, para poder recibir, a su debido tiempo, el bautizo en fuego del Espíritu Santo que nos hará conocer los tiempos, el orden y propósito de Dios para el hombre, y cuando esto suceda, tocaremos insistentemente a la Puerta Hermosa del Reino de Dios y ésta se abrirá de par en par para invitarnos a entrar para pedirle al Padre cualquier cosa en el Nombre de Jesús o a Jesús mismo, y nos será dado, reconociendo, que antes que le pidamos algo al Padre, él ya sabe lo que necesitamos y derramará bendiciones sobre nosotros hasta que sobre abunde.
Mateo cap. 7: v 13 al v 14
Entren por la puerta angosta, porque la puerta ancha y el camino amplio conducen a la perdiciòn y muchos entran por ahì. Angosta es la puerta y estrecho el camino que conducen a la salvaciòn, y son pocos los que dan con ellos.
ENSAYO:
Atendamos muy bien esta Palabra, ya que nuestros ojos nos muestran el mundo material en el que vivimos y en el cual abunda todo lo necesario para caer en múltiples tentaciones que nos podrían dar un gusto o un placer pasajero, pero al final, tendremos en justicia lo que nos corresponde por haber sucumbido a ellas.
En cambio, si nuestros ojos están abiertos a las cosas espirituales positivas de Dios, por muy angosta que sea la puerta y por mucho que sea estrecho el camino, también al final tendremos en justicia lo que nos corresponde y que sin duda será amor, vigor y fortaleza, y paso a paso, nos irán siendo proporcionados los dones del Espíritu Santo que producirán en nosotros su bendito Fruto con el cual seremos alimentados, y al mismo tiempo, será fuente de inspiración para nuestros semejantes que anhelan tener una relación fuerte, auténtica y perdurable con Dios.
Mateo cap. 7: v 15 al v 20
Tengan cuidado con los falsos profetas, que vienen a ustedes disfrazados de ovejas, cuando en realidad son lobos feroces. Ustedes los conoceran por sus frutos. No se sacan uvas de los espinos, ni higos de los cardos. Todo àrbol bueno da frutos buenos, y el àrbol que no es bueno no los da. El àrbol bueno no puede dar frutos malos, ni el àrbol malo dar frutos buenos. Por lo tanto, reconoceràn al àrbol por sus frutos.
El àrbol que no da frutos se corta y se echa al fuego.
ENSAYO:
Existen infinidad de personas, que nos involucran a seguir la doctrina de Jesús según formas, métodos o sistemas de sabiduría humana y que han hecho despertar en nosotros, ignorantes en el discernimiento de la Palabra, la ilusión de que lo que ellos predican es lo cierto y verdadero porque han sabido manejar nuestras necesidades y emociones, y llegan a seducirnos de tal manera que no nos damos cuenta, de que un buen porcentaje de esas personas que así enseñan, también ha sido motivada para hacerlo de la misma manera, lo que los ha conducido a no ser congruentes con la enseñanza que Jesús quiere compartirnos, ya que se han comprometido con enseñanzas y mandatos de hombre porque de ahí han salido, dando por resultado, que en lugar de ser verdaderamente fieles a la enseñanza y mandatos de la Palabra de Jesús, se muestren fieles con quien los ha elegido para enseñar, según criterios humanos, la doctrina de Jesús, esperando que los frutos que se produzcan de esa enseñanza, sean frutos que se puedan ver y palpar en sus "iglesias" en sus ministros y en uno que otro de sus congregantes, descuidando el producir verdaderamente el Fruto del Espíritu que no se puede ver ni palpar, pero que le dan al que le ha sido dado producirlo, la alegría inmensa de gozarse en el Señor a cada momento de su vida, y no solamente en los lugares en donde se congrega para alabar su Nombre, por eso tengamos siempre presente la enseñanza de Jesús nos comparte y que dice: "Reconocerán al árbol por sus frutos."
Mateo cap. 7: v 21 al v 23
No es el que me dice: ¡Señor! ¡Señor! el que entrarà en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. En el dìa del juicio muchos me diràn: Señor, Señor, profetizamos en tu Nombre, y en tu Nombre arrojamos los demonios, y en tu Nombre hicimos muchos milagros. Yo les dirè entonces: No los reconozco.Alèjense de mì todos los malhechores.
ENSAYO:
Esto nos lo hace saber Jesús para que entendamos que todas las cosas que se hagan en su Nombre, deberán hacerse en la forma y en el orden establecido por Dios de acuerdo a su Palabra dada a él y contenida en el Nuevo Testamento, cumpliendo de esta manera en todas las cosas de acuerdo al orden y propósito de Dios para el hombre, y no en el orden y propósito del hombre para Dios.
Mateo cap. 7: v 24 al v 29
El que escucha mis palabras y las practica es como un hombre inteligente que edificò su casa sobre la roca. Cayò la lluvia a torrentes, soplò el viento huracanado contra la casa, pero la casa no se derrumbò, porque tenìa los cimientos sobre la roca. En cambio, el que oye estas palabras sin ponerlas en pràctica, es como el que no piensa, y construye su casa sobre la arena. Cayò la lluvia a torrentes, soplaron los vientos contra la casa, y èsta se derrumbò con gran estrèpito.>
Cuando Jesùs terminò estos discursos, lo que màs habìa impresionado a la gente era su modo de enseñar, porque hablaba con autoridad y no como los maestros de la Ley que tenìan ellos.
ENSAYO:
Es Necesario entender muy bien esto, ya que cuando el hombre se muestre verdaderamente fiel a Jesús y a su enseñanza sin que nadie pueda motivarlo para desviarse ni a la izquierda ni a la derecha o movidos a obedecerla con mandatos de hombre, será porque está preparando debidamente los cimientos de su casa en la roca de la voluntad de Dios para soportar las peores tormentas y tempestades que pondrán a prueba su solidez para guardarla. Y todo aquel que se deje subyugar por esas enseñanzas torcidas de la doctrina de Jesús adornadas con palabras de humana sabiduría, es como el que no piensa y construye su casa sobre la arena, tornándose incapaz de soportar cualquier pequeño aire de tormenta o tempestad que se presente en su vida, lo que ocasionará que todo lo construido en esa forma, sea derribado con gran estrépito, porque se ha confundido la autoridad espiritual que el Padre delegó en Jesús, y él, en el hombre fiel a su enseñanza, con la autoridad que ha sido otorgada por el hombre en las cosas de Dios.