Me preguntaba mil veces sin respuesta por qué mi cruz doblaba mis espaldas. Hablé con Dios mirando las estrellas, y sollozando dije: -"Es muy pesada". Dios me hizo ver con toda su paciencia cuánto y por qué, equivocado estaba; y poco a poco empecé a darme cuenta, de que mi cruz tornábase liviana.
Ví pasar miseria tan inmensa colgada en los harapos de una anciana. Ví a un joven muriendo de tristeza por una enfermedad que lo acosaba. Una madre con toda su entereza, a su hijito con dolor sepultaba. Luego miré mis manos ... vivas, bellas, sobre ellas una cruz se destacaba. De pronto dijo Dios: "Dí cuánto pesa" y yo le dije: "Señor... no pesa nada".
Ante los problemas de la vida, cualquiera que sea tu problema o tu dolor, no debes olvidar mirar a tu alrededor y ver las cosas con que se enfrentan los demás... y en ese momento sentirás que tu cruz no es tan pesada...
Conserva la fé, la esperanza... Dios está a tu lado siempre...
( Sal 102:17 )
102:17 Habrá considerado la oración de los desvalidos,
Y no habrá desechado el ruego de ellos.