ADMINISTRANDO MI VIDA
AGOSTO
DIA 18
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. (1 Pedro 4:10)
Uno de los temas fascinantes en la Biblia es la administración de la vida, sí, este asunto, entra dentro de la Mayordomía Cristiana. Dios es dueño de todo, pero nos dio la vida y las cosas para que la administremos, es decir, no somos dueños, sino administradores de los recursos divinos...
Mientras escribía esta reflexión, escuché en la radio a una poeta y mujer intelectual, que se creía una autocrítica, que es lo que es, por criticarse a sí misma, para tener seguridad y conocerse...
Como dijo el filósofo Sócrates: “Conócete a ti mismo”. Esta inscripción, puesta por los siete sabios en el frontispicio del templo de Delfos, es clásica en el pensamiento griego. En todos los tiempos muchos pensadores han reflexionado sobre ella con variados matices siguiendo el ejemplo de Sócrates y Platón. La sabiduría de Occidente comienza, en su vertiente filosófica, con este pensamiento, intentando alejarse de adivinanzas y supersticiones.
Parece que el origen del adagio se remonta a escritos antiguos de Heraclio, Esquilo, Herodoto y Píndaro; y surge como una invitación a reconocerse mortal y no dios. Sócrates lo eleva a un nivel filosófico como un examen moral de uno mismo ante Dios. Platón lo orienta hacia la verdadera sabiduría en un fantástico sistema de pensamiento. Erasmo dirá que es el inicio del filosofar en cuanto lleva a la conciencia humilde de “saber que no sabe nada”. Los Padres de la Iglesia lo toman y también lo encuentran en los escritos bíblicos (Cantares 1:8. “Si tú no te conoces, seguirá el camino del rebaño”; Dt. 15:9 “attende tibi” “estate atento a ti mismo”) San Agustín hace célebre el aforismo elevándolo también a Dios diciendo que el fin de la vida es “noverim te, noverim me” “conocerte y conocerme”. El hombre se conoce cuando va al fondo de sí mismo y ahí encuentra la imagen de Dios. http://perso.wanadoo.es
Administrar la vida, es conocerse a sí mismo, para amar y servir a Dios.
ORACIÓN:
Padre, guíame a conocerme a mí mismo, para honrarte a ti..
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