AGOSTO

DIA 26

El heraldo era el mensajero del Rey, el que preparaba el escenario para que el monarca hiciera sus declaraciones públicas, al pueblo. Lo mismo hizo Juan el Bautista, fue el mensajero del Señor Jesucristo, quien preparó a Israel para que conozca al Mesías.

Juan 1:29-31 “Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: "¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! De éste hablaba yo cuando dije: 'Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo. Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua.”

Si hay un personaje interesante es Juan el Bautista, quien cumplió con su rol profético, fielmente; además, fue humilde, quien dijo de Jesucristo: “del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado”.

Las personas que servimos al Señor dentro del Ministerio, profesión, o tarea, cualquiera que sea, debemos aprender como creyentes de Juan el Bautista, que no importa sino no somos nombrados los primeros, pero el cargo de siervo, de servir con la enseñanza, con un acto de amabilidad, es vital para ayudar incluso al que necesita nuestra motivación.

Juan fue humilde, ¿Es usted humilde, para darle la gloria a Dios? ¿Qué hace cuando al hermano u otra persona la nombran en vez de usted? Se llena de celo, o da gracias a Dios por el ministerio del hermano.

Ser segundos, en esta época de “apostolados”, de prosperidad, de “ser cabeza y no-cola”, no resulta popular en el marketing de seudo líderes evangélicos, que no aprenden que lo vital es ser fiel a la misión que Dios nos dio, y darle la gloria a Jesucristo. A los siervos, nos toca preparar el escenario para que nuestros líderes edifiquen a la Iglesia de Cristo.

Con humildad respete a los que tienen diferente interpretación bíblica, en cosas secundarias. Hable más de Cristo, que de usted mismo.

ORACIÓN:

Padre, guíame a ser humilde de corazón y darte la Gloria...