En reiteradas ocasiones dialogo con personas que están agotadas emocional, espiritual y físicamente.
Me ocurrió hace poco, cuando un amigo me dijo que ya no sabía cómo lidiar con la ansiedad.
“¡A veces me parece que la única solución para poder atender todas mis responsabilidades sería que mis días duraran al menos 30 horas!”, me comentaba mientras atendía una llamada en su teléfono móvil.
¡Son tantos los factores que tienen el potencial de desanimarnos!
¡Tantas las oportunidades para bajar los brazos y rendirnos!
¡Demasiados los momentos en que no podemos vislumbrar alguna solución para nuestros problemas!
Será entonces, cuando todo parezca derrumbarse y tengamos la sensación de que la vida conspira en contra de nosotros, que tendremos la oportunidad de elegir entre sucumbir o buscar una renovación integral.
¡Descomprimirnos!
1 de Pedro:5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
“No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir.
Porque necesitamos una renovación en nuestros hábitos…
…en nuestra manera de pensar.
…en nuestros sentimientos.
…y también en nuestro espíritu.
Es probable que para lograrlo debamos reordenar nuestras prioridades.
Casi seguro que precisemos reenfocar nuestros sentimientos y emociones.
Y será imprescindible – si deseamos alcanzar una vida plena – que hagamos el intento de acercarnos a Dios, nuestro Creador.
Me gusta cómo lo expresa Kevin Johansen en una de sus canciones:
“Sonriente y feliz
Despiértate, levántate para cansarte
Y volver a dormir
El círculo da la vuelta
Y al terminar, la vuelve a dar…
¡Descomprímase!
¡Buen Fin de Semana!
Dios te bendiga ricamente.
Con amor siempre, tu amiga.