CONFIANDO EN DIOS COMO UN NIÑO
cuando debemos enfrentar un problema particular o cuando una tragedia nos toca de cerca. Después de todo, ¿quién está totalmente libre del inmenso dolor de perder a un ser querido, de la frustración del desempleo, de la angustia de un hogar destrozado o de otros cientos de dificultades?
Nos sentimos atrapados y sumergidos por el peso de las circunstancias y preguntamos: “¿Hay esperanza? ¿Hay realmente esperanza para solucionar este problema?”
A menudo en tales ocasiones recordamos las palabras de Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Debemos notar que Pablo no dijo:
“Comprendemos cómo todas las cosas ayudan a bien,” sino que dijo: “sabemos que ayudan a bien.” Esta promesa es un ancla segura cuando las tormentas de la vida golpean sin piedad contra nosotros.
El apóstol Pablo había reclamado esta promesa muchas veces, aun antes de haber escrito su famosa carta a los Romanos. Él sabía lo que era sufrir penurias, persecución, indiferencia, traición, soledad, enfermedades, pedradas, azotes, naufragios, desnudez, hambre y sed, falta de sueño, tremendas presiones.
¿Qué evitaba que Pablo se hundiera? Creo que su total confianza en el Dios que promete sostenernos pase lo que pasare. Al final de su vida pudo decir: “Sé en quién he creído, y estoy seguro de que puede guardar lo que le he encomendado hasta el día de su retorno” (2 Timoteo 1:12 BD). ¿Qué le había encomendado Pablo a Dios? Su propia vida..
En el Antiguo Testamento leemos: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3). Esta promesa también está destinada a nosotros hoy, como repetidamente se revela en el Nuevo Testamento.
¿Está usted enfrentando una dificultad, amigo? Una vez más deje su vida en manos del Señor. Luego crea de corazón las palabras de Filipenses 4:6-7, “No se afanen por nada; mas bien oren por todo. Presenten ante Dios sus necesidades y después no dejen de darle gracias por sus respuestas. Haciendo esto sabrán ustedes lo que es la paz de Dios, la cual es tan extraordinariamente maravillosa que la mente humana no podrá jamás entender. Su paz mantendrá sus pensamientos y su corazón en la quietud y el reposo de la fe en Jesucristo” (BD).
Cuando las tormentas de la vida parecen abrumadoras, Dios desea que experimentemos su perfecta paz.
Oh, Padre, te alabamos porque comprendes todas nuestras penas y nuestras lágrimas. Reconocemos nuestra insuficiencia para solucionar por nosotros mismos los problemas de la vida. Que Tu gracia abunde para suplir nuestras más profundas necesidades. Consuélanos mientras esperamos en Ti. Llena nuestros corazones con Tu paz, que sobrepasa todo entendimiento. Gracias por Tu rica provisión para con nosotros en este día. Amén.”
Ore al Señor esta oración ya mismo, y empezará a experimentar en su vida la realidad de las promesas de Dios en los momentos de dificultad.
Luis Palau.
( Sal 91:1-3 )
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
con mi cariño de siempre, atentamente.....
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