“Pero al saberlo las multitudes, le siguieron; y él los recibió y les hablaba del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de ser sanados” (Lucas 9:11).
En uno de los ejemplos que Jesús dio del Reino de Dios nos dejó una enseñanza bastante interesante:
“Él les dijo: --Por eso, todo escriba instruido en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas” (Mateo 13:52).
Jesús estaba diciendo que los principios del reino enseñados por EL, eran antiguos y nuevos. Los antiguos eran la Ley escrita dada por Dios a Moisés . La ley del Antiguo Testamento era específica y se preocupaba mas de lo externo.
Sin embargo los nuevos principios del Reino enseñados por Jesús estaban más relacionados con las actitudes internas. Aunque la Biblia deja muy claro que las enseñanzas de Jesús no eliminaron la ley, sino que mas bien la cumplió:
"No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido” (Mateo 5:17-18).
Jesús aplicó los principios del Reino sobre el fundamento del Antiguo Testamento. Él no eliminó los principios antiguos. Simplemente quitó todos los adornos externos de la religión que eran los que llevaban a la gente a no comprender la realidad interior del Reino.
Pero estos principios del Reino enseñados por Jesús no iban a poder ser contenidos en la vieja estructura religiosa. Por eso Jesús contó dos historias que ilustran esto, habló de vestidos viejos y nuevos, y vino nuevo y viejo:
LUCAS 5:
36 Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo.
37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán.
38 Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan.
39 Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor.
Los antiguos sistemas religiosos, al igual que las muchas estructuras religiosas que hay en las mentes de muchos hermanos hoy día, hacen que sus corazones no pueden contener el "nuevo vino" de los principios del Reino. El nuevo vino debe ser vertido en corazones nuevos, y mentes renovadas. Es por esta razón que la entrada en el Reino es por medio del renacimiento espiritual.
Pero fijémonos qué curioso que Jesús no destruyó la antigua estructura religiosa. Él permitió que ella fuese conservada mientras tanto Él vertía " vino nuevo " en los nuevos corazones espirituales de hombres y mujeres renacidos en Cristo Jesús. Él está dando tiempo a la transición del viejo al nuevo.
Por una sencilla razón y es porque esta (los nuevos renacidos) es la llave más importante para introducir el Evangelio del Reino en las religiones estructuradas.
La importancia debe estar en verter el "nuevo vino" en los nuevos corazones, no en gastar esfuerzos para destruir la estructura religiosa tradicional.
El viejo se eliminará cuando los hombres y mujeres descubran que el "vino nuevo" es mejor.
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