Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Salmo 16.1
Guárdame como a la niña de tus ojos;
Escóndeme bajo la sombra de tus alas, Salmo 17.8
Guarda mi alma, y líbrame;
No sea yo avergonzado, porque en ti confié. Salmo 25.20
Escucha, oh Dios, la voz de mi queja;
Guarda mi vida del temor del enemigo. Salmo 64.1