La mañana caia gentilmente sobre el santuario, los pajaritos cantan la luna ya se metio, cada amazona que no tenia entrenamiento o pelea, estaba hacendosamente arreglando su casita con singular alegria, mientras sus adorados caballeros Dorados ayudaban con los quehaceres domesticos, unos otros como Kardia, Degel o Regulus seguian durmiendo apaciblemente.
La amazona de Leo, Circe corria por los escalones bajando hacia donde su competencia con Sakura de Tauro iba a llevarse a cabo, en el camino trataba de peinarse un poco y ponerse un poco de maquillaje -Demonios, esto de dormir hasta tarde organizando desordenes de hombres no me deja nada bueno!- bajaba a toda prisa refunfuñando.
Llega a toda prisa derrapando, sin embargo intenta mantener la compotura y entra a la arena tomando aire profundamente, y dejando ver una apariencia casi felina, herguida y sigilosa -Buenos dias, espero no llegar muy tarde.- dice amablemente sonriendole a Sakura.
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