* El mandato de los Dioses es incuestionable, por lo que aquellos que les sirven solo pueden asentir a sus deseos o, al menos, eso es lo que sucede con Odiseo, quien mantiene una fría e imperturbable expresión mientras el suave viento hace ondear constante el cabello que sobresale de la tiara que porta. “Erradicar a los rebeldes, no existe otra forma de mantener la estabilidad” Piensa justo cuando cierra los ojos, poniéndose lentamente de píe para encaminarse hacia la entrada al templo lunar, en donde sin duda hará cumplir las leyes del Olimpo con todo su poder, ya que después de todo por eso ha sido elegido como uno de los guardianes…* Odiseo «« Ten no Tamashi »»

*Un deber que recae también sobre Teseo, el ángel que avanza a la par y en silencio junto a los demás emisarios del Olimpo ‘‘No es secreto el que desde los inicios del tiempo han existido humanos que han levantado su puño contra ciertos Dioses; en especial aquellos que son llamados santos de atenea…’’ pensamientos que abordan su mente a medida en que sus ojos, carentes de todo sentimiento, son sellados sutilmente bajo el fino decaer de sus párpados; dándole un aspecto intimidante y majestuoso, el mismo que se complementa con las indumentarias sagradas que se acoplan perfectamente en partes específicas de su cuerpo, denotando en tal ornamentación; los símbolos que hacen referencia a la Diosa de la luna ‘’Sin embargo… ¿por qué llegar tan lejos esta vez…?’’ adjunta a su diálogo unilateral, mientras sus alas emiten una leve reacción ante tales pensamientos, desprendiendo ante ello una estela de energía que se pierde al hacer contacto con el piso firme de aquellas instalaciones solo accesibles para quienes pertenecen al plano divino*

---

---

*En ese momento, se aprecia en la escena cómo los guardianes del Olimpo, junto a los servidores del Dios Sol, confirman su lealtad, destacándose entre estos últimos un joven de cabellera rubia que se encuentra delante de sus camaradas, señal que lo identifica como el líder de ellos, mientras se denota en su humanidad una postura solemne y de respeto hacia la Deidad que rige el templo lunar, donde actualmente se encuentran, visualizándose su rodilla derecha sobre la superficie del sagrado sitio, mientras la izquierda se encuentra inclinada levemente, lo que es acompañado por su brazo diestro que cruza su zona pectoral, permitiendo ver su puño a la altura de su hombro zurdo del cual se aprecia un manto blanco que se agita pausadamente por la brisa que recorre la zona…. “El día ha llegado…” breve reflexión que se plasma en su rostro que se encuentra sutilmente dirigido hacia el suelo, como si cada una de las palabras de la hermana de su señor han logrado captar su completa atención... "Pronto dará inicio a la utopía de la era del mito y los humanos serán extinguidos de la tierra..." Son los pensamientos que se manifiestan en su interior, para acto seguido, levantar paulatinamente su faz y expresar en sus rasgos faciales su devoción y determinación, atributos característicos de aquel hombre que lidera a los guerreros de la Corona Solar, instante que su clara y penetrante mirada es depositada en Artemisa, proyectando su convicción... - Los Dioses pueden confiar en nosotros, en aquellos que fuimos elegidos entre los valerosos guerreros mitológicos para estar a las órdenes de Apolo - Pronuncia con orgullo y seriedad, al tiempo que muestra en cara una leve sonrisa que da una breve pausa a sus vocablos, los cuales retoma casi de manera simultánea... - Y los primeros en recibir el castigo divino serán aquellos conocidos como caballeros de Athenea... - Finaliza demostrando su particular confianza, para así, dar paso a un ambiente sumido en la incertidumbre ante los futuros eventos que se protagonizarán en los dominios donde se llevarán a cabo los designios divinos ... *

---

                                                                                                                                  

*"Es la única manera de que podamos revivir a Athenea y salvar a la humanidad" Con tal convicción y con la vista fija en el firmamento, el Lemuriano concentra toda su atención en sus compañeros de armas, de inmediato un ligero brillo, cual si fuese un fluído únicamente de energía envuelve la cima de Star Hill, cubriendo la fisionomía de los demás Athenienses. En un momento dado, cada cuerpo parece titilar, como si la sustancia de los mismos fuese alterada, hasta que desaparecen por completo de la sagrada montaña "Maestro, acompaña nuestros pasos". Con ese último pensamiento, el de los lunares se teletransporta, apareciendo en un sector antiguo, casi olvidado por la humanidad y sólo conocido por los Dioses y pocas personas, el Templo Lunar. "Desde aquí deberemos avanzar hasta lograr romper las reglas del Tiempo. Amigos, ahora cada uno de nosotros deberá enfrentarse a terrores desconocidos, pero es menester que todos sobrepasemos cada obstáculo y nos encontremos en el centro de éste lugar." Con tal pensamiento dirigido a sus camaradas, la figura del peli largo se muestra en un sector de la orilla del Lago del Tiempo, sobre el cual y en diferentes localidades han sido transportados los otros miembros del Ejército de Athenea. Ahora los ojos verdes ya no observan la sagrada roca, sino un lugar enigmático, en tanto aguarda a que la siguiente fase de aquel plan ocurra, y sobrevengan los enfrentamientos que den apertura a la salvación de la portadora de Nike. - Adelante! - *

Aries Mu || Saint´s Memories