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General: TEMPLOS MASÓNICOS DEDICADOS
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De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 14/01/2011 01:05
TEMPLOS MASÓNICOS DEDICADOS
En el esoterismo masónico existen unas categorías equivalentes que dan satisfacción a los masones de los diferentes niveles culturales. Incluso ha de haber algo que satisfaga los gustos más "bajos" en el amplio y versátil espectro del panorama masónico. Los patrones de conducta suelen variar también conforme vamos descendiendo escalones en la escala ceremonial. Eso significa que al descender los masones se vuelven menos disciplinados y están menos controlados por unos códigos de conducta, no quiere decir que sean groseros o peor educados. Las obligaciones no se toman tan en serio ni las responsabilidades se observan con el respeto que normalmente imponen en círculos más convencionales. Ahora bien, hay que pensar que esto es una generalización, tanto en una dirección como en la otra, pero ciertamente indica la existencia de una relación entre los seres humanos pertenecientes a determinados grupos sociales, que desarrollan unas actividades masónicas específicas. Ciertos grupos rechazarán un tipo de comportamiento que puede considerarse aceptable o incluso deseable dentro de una agrupación determinada. Por ejemplo, en algunos de los grupos menos cultos, si bien muy auténticos e insertos en nuestra Tradición, se permitiría la humillación deliberada, la exposición al ridículo y las payasadas como parte de una prueba de iniciación, en tanto que otros dirían que todo eso "se les ha quedado pequeño". El haberlo hecho hace unos cuantos siglos no significa que haya de realizarse exactamente del mismo modo en el presente, ni siquiera que haya de realizarse en absoluto. La antigüedad por sí sola no lo autoriza. La evolución sí. Aunque las pruebas de personalidad son siempre aconsejables, quienes se dedican a la selección psicológica pueden aplicar unos sistemas más modernos como la poligrafía o cualquier otro procedimiento conocido. En realidad, cabe la sospecha de que cualquier grupo masónico que esté dispuestos a admitir miembros sin realizar ninguna selección basada en la compatibilidad es cuando menos inadecuado, aunque su conducta en general se ajuste enteramente a los códigos de lo que denominamos un comportamiento civilizado. Todo aquello que quede fuera de dichos códigos precisa ser investigado muy cuidadosamente. Por tanto los patrones de comportamiento adoptados por la mayoría de las Logias Masónicas coinciden probablemente con los de la clase social de la que han sido extraídos su miembros. Pero, además, hay unas cuantas costumbres que se separan lo bastante de dichos patrones para resultar interesantes, son un poquito singulares, o incluso atrevidas. Después de todo, las cosas inusuales que decimos o hacemos durante las ceremonias celebradas en el Templo son lo que da importancia y valor a nuestra vida y a nuestra significación espiritual. Si en los Templos no realizáramos más que actividades comunes y corrientes, éstos no pasarían de ser unas casas o unos talleres y no habría razón para construirlos o consagrarlos. La razón por la cual tenemos Templos es que en ellos sólo hemos de tener pensamientos, emitir palabras y realizar acciones relacionadas con nuestras intenciones espirituales, conforme al estilo del sistema del Templo en particular. El comportamiento de los hombres en los Templos puede ser considerado anormal desde numerosos puntos de vista, pues difiere muy claramente del comportamiento que tenemos en nuestra vida ordinaria. Normalmente no: 1. nos reunimos con fines esotéricos; 2. nos ponemos una ropa y unos adornos especiales; 3. hablamos en términos masónicos; 4. adoptamos unas actitudes extrañas al tiempo que hacemos unos gestos extravagantes; 5. ofrecemos incienso ni derramamos agua; 6. consumimos comida y bebida especialmente consagrada; 7. nos rodeamos de una simbología mística; 8. nos consagramos solemnemente a un Dios o ser sobrenatural; 9. potenciamos objetos inanimados o fenómenos naturales como el aire y el fuego; 10. escuchamos o leemos largos pasajes de textos sagrados o rituales. Aunque cada una de las actividades de esta lista puede ser desarrollada fuera del Templo en determinadas ocasiones, el normal funcionamiento de un Templo de ceremonias se basa en la combinación adecuada de dichos elementos. Es decir, estos comportamientos sólo se considerarían anormales si tuvieran lugar fuera del entorno colectivo, que es el Templo. Esto quiere decir que las demandas de servicios espirituales que se concentran y efectúan con regularidad en el Templo, además de las que se producen en la vida ordinaria, están originando una especie de tensión que pesa sobre los seres humanos y literalmente ordena al lado más profundo y generalmente dormido de nuestra naturaleza que se manifieste de un modo apreciable. Al "llamar a los Dioses" no podemos evitar llamar a ese lado divino que existe en cierto grado dentro de nosotros mismos. Es la faceta mejor de la personalidad humana y rara vez se muestra a los demás. Esta práctica, si se realiza con frecuencia, desarrollará y consolidará los mejores atributos que hemos heredado, al igual que los ejercicios físicos hacen con nuestro cuerpo si se aplican adecuadamente. Nuevamente insistimos en ese "si" de la aplicación. La calistenia mal aplicada puede estropear el buen rendimiento del cuerpo humano y su equivalente a nivel espiritual puede hacer lo mismo en el alma. No resulta difícil pensar en personas que se han echado a perder a causa de las prácticas religiosas o esotéricas de naturaleza indeseable. La causa más frecuente de dicho deterioro parece ser el síndrome del "Nosotros-tenemos-razón-y-todos-los-otros-están-equivocados". Dicho de otro modo, el exclusivismo a expensas de los demás. Una especie de suficiencia espiritual que siempre parece sacar a la luz lo peor de la naturaleza humana, probablemente debido a que procede de esa fuente. Ahora bien, no hay nada malo en el exclusivismo en el sentido de crear un ambiente absolutamente privado, al igual que tienen derecho a hacer todas las personas en sus propios hogares con su familia y sus amigos. Pero cuando se niega ese derecho a los demás humanos, ciertamente hay un error de base. Puede que sea una perogrullada muy gastada decir que "lo que para uno es bueno, para otro es veneno", pero hay ciertos casos en los que esto es más frecuente que en los Templos del esoterismo occidental. En tales casos el individualismo ha sido llevado al extremo al que aspiran los practicantes más activos de los Templos totalmente privados. Esto se está transformando en algo parecido a una empresa corporativa inmensa en la cual la marca de distinción es tener derecho a usar los aseos más exclusivos hasta llegar a la cima, ¿dónde está el jefe de todos, que tiene un aseo para él solo (que no comparte con nadie exceptuando las limpiadoras, por supuesto)? Aunque nunca ha habido un censo que muestre exactamente cuántos Templos privados hay, debe de haber varios miles por lo menos. La mayoría son habitaciones de casas privadas que han sufrido una transformación, edificios en jardines retirados, o incluso rincones de los dormitorios que han sido tapados, pero todos ellos siguen considerándose Templos de nuestra Tradición esotérica. Sin embargo, los Paganos practicantes suelen preferir lugares al aire libre para la celebración de sus ceremonias y no les gustan los Templos que están en el interior de un edificio, sólo los usan en condiciones climáticas muy adversas. Aquí se hace una distinción entre los esoteristas occidentales que prefieren el "interior" y los que prefieren el "exterior", lo cual es realmente académico, aunque hay unas diferencias específicas que dependen del temperamento y no de la clase social. Las personas aficionadas a los "Templos interiores" suelen ser más conservadoras y convencionales, quizás la palabra reprimidos sirva mejor para describirlas. Las que prefieren los "Templos exteriores" son generalmente más exuberantes y desinhibidas y permiten un mayor grado de libertad entre sus miembros. El término Pagano es en cierto modo un nombre inapropiado, que resulta permisible únicamente por el uso moderno. En rigor, se aplicaba sólo a la población rural latina que habitaba las pagi, unas zonas fortificadas que rodeaban la ciudad. Al final, dicho término se acabó utilizando en sentido descriptivo para cualquier tipo de campesinado. Tal vez la mejor opción sería distinguir estos dos tipos de esoteristas con los términos urbano y rural, independientemente de sus domicilios. No hay mejor ni peor en los sistemas esotéricos. Lo que saca fuera lo mejor de un alma puede hacer que salga fuera lo peor de otra. Se trata de combinar almas y sistemas. Muchos individuos han ido pasando muchas veces de una institución organizada a otra hasta asentarse en una en la que han encajado bien. Muchos no han hallado tal cosa y se han sentido vinculados por unos lazos fraternales con el resto de nosotros simplemente por el hecho de haber nacido dentro de la misma Tradición. Esos esotéricos probablemente encontrarían bastante incompatibles a sus hermanos invisibles si se los encontraran encarnados. Los choques de personalidad suelen ser la motivación más frecuente de la ruptura de numerosas agrupaciones esotéricas. Ello, aunque resulte triste decirlo, apenas puede sorprender si tenemos en cuenta la naturaleza sumamente individualista del esoterismo occidental en su conjunto. Pocos parecen haber aprendido a valorar las diferencias existentes entre unos y otros, en lugar de las similitudes. Suele interesarles más descubrirse a si mismos en otros que buscar a los otros en sí mismos. Posiblemente lo peor que puede sucederle a cualquier agrupación esotérica es que caiga en malas manos y se haga mal uso de ella por razones políticas o antisociales. Y si esto encima es apoyado por influencias internas que no desean que los seres humanos evolucionen y se conviertan en unos seres espirituales con sus facultades correspondientes, entonces el caso es mucho peor; y es posible encontrar ejemplos de lo que ciertamente puede denominarse una "Hermandad Negra" en el sentido de esoterismo del mal. Tales sociedades casi nunca están abiertas a los hombres de tipo medio. Están restringidas a una clase muy exclusiva de personas que sabe mantenerse alejada de aquellos que no pertenecen a su círculo, y extiende su influencia a través de agentes indirectos a aquellos puntos donde es probable que su efecto se deje sentir con una gran fuerza sobre unos seres humanos que se encuentran desprevenidos y no ofrecen resistencia. Aunque sería una equivocación el atribuir a semejantes indeseables unos poderes ilimitados y sobrenaturales, sería asimismo un error desestimar el efecto global que pueden llegar a producir a escala mundial. Aunque esto se debe fundamentalmente a que la mayoría de la gente es muy permisiva y les deja salirse con la suya, lo que acabamos de decir no disminuye el daño que el mal uso del esoterismo puede hacer. La Sociedad Thule de la Alemania Nazi es un ejemplo típico, y existen otras sociedades parecidas que se dedican a minar y a destruir la sociedad humana por el mero hecho de obtener unas ganancias. También sucede a la inversa, es decir, hay muchas asociaciones de naturaleza opuesta, cuyo objetivo es la liberación del alma y el espíritu humanos de la esclavitud que representan la existencia corpórea y los otros males que padece nuestra sociedad. Así que al final todo se reduce a un enfrentamiento de buenos contra malos, mientras la gran masa de la humanidad espera el desenlace con la vista puesta en las posibles ganancias. Por si acaso alguien se estuviera preguntando si alguna asociación esotérica en concreto pudiera estar controlada por los referidos malos, y deseara saber cómo evitar unirse a la misma por error, digamos que tal acontecimiento sería prácticamente imposible por los siguientes motivos: tales asociaciones sólo recluían a sus miembros cuando estos han superado varias cribas, cada una de las cuales garantiza la seguridad de que el siguiente paso del proceso estará salvaguardado. Por ejemplo, puede darse el caso de que un posible miembro ingrese en una orden esotérica de fácil acceso y que, todo lo más, un año después alguien insinúe que existe un grupo mucho más interesante y exclusivo donde "podría haber una vacante". Ese alguien, por supuesto, es un descubridor de talentos y lo único que sabe es que a él/ella le van a pagar muy bien por la presentación. A partir de ahí, puede repetirse este proceso varias veces hasta alcanzar el grupo definitivo. Aun así, el candidato así seleccionado ha de estar especialmente capacitado para el mal y ha de sentir una total devoción hacia lo que podríamos denominar el Demonio considerado como el anti- Dios. Además, ya sea para bien o para mal, cuanto más se avance por ese camino, cada paso que se dé requerirá una disciplina más estricta y exigirá la imposición de penas más severas por el fracaso en ambas direcciones. Así pues, aunque puede que no haya nada malo en el hecho de que a un miembro se le ofrezca formar parte de otro grupo, por lo menos habrá que tener los ojos bien abiertos y hacer unas cuantas preguntas. De todas formas, los malos de clase alta prefieren reclutar directamente a los miembros de sus agrupaciones escogiéndolos de sus propias familias y pequeños círculos de operarios, aunque no son contrarios a fortalecerse gracias a determinadas personas que están plenamente capacitadas para ayudar al cumplimiento de sus fines. Si se anunciaran abiertamente dirían: "Los candidatos han de tener experiencia y muy buenos informes." Ciertamente, nunca obligarían a trabajadores que no lo desean, pues ello sería contraproducente: Es poco probable que quienes practican la magia negra pertenezcan a los círculos esotéricos de tipo medio. Además, una operación de este tipo sólo podría llevarse a cabo en agrupaciones más bien grandes que cuentan con un importante número de socios. En cambio es muy difícil infiltrarse en los círculos pequeños, donde todo el mundo se conoce muy bien. Puede que los círculos reducidos no posean los recursos materiales que tienen las grandes organizaciones, pero posiblemente estarán más libres de influencias hostiles, excepto si se da la circunstancia de que la agrupación haya sido especialmente constituida para el ejercicio del mal. Todo grupo que goce de una cierta reputación accederá de buen grado a estar en una situación de libertad vigilada durante un cierto período de tiempo. En dicha etapa los miembros nuevos pueden conocer a los otros, y si al finalizar el período no están satisfechos, podrán abandonar el grupo libremente, sin que haya malos sentimientos por ninguna de las partes con tal que respeten los secretos que les hayan confiado.
 


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