A.’.L.’.G.’.D.’.G.’.A.’.D.’.U.’.
CULIACÁN, SINALOA. MÉXICO. 19 DE FEBRERO DEL 2011. E.’.V.’.
R.’.L.’.S.’. TOLERANCIA No.15. D.’.R.’.E.’.A.’.A.’.
V.’.M.’. QQ.’.HH.’. TODOS
“REFLEXIONES SOBRE MASONERÍA”
Una persona lee en el periódico una noticia sobre un accidente, donde
un automóvil, atropella a una anciana, y hasta ve una foto, donde la
ancianita, esta sumamente lesionada; esto despierta en él,
contrariedad y hasta evoca la sensación del sentimiento de compasión,
le da vuelta a la hoja y continua leyendo el resto del periódico.
Otra persona, le toca presenciar, el mismo accidente, todo él, se
cimbra de pies a cabeza, y corre a auxiliar a la ancianita, la
adrenalina y otras hormonas, corren por sus venas, y un fuertes
sentimiento de compasión y deseos de ayudarla brotan de su interior,
toma a la ancianita en sus brazos, al mismo tiempo que todo su sistema
limbico y endocrino vierten en él su contenido, haciéndole vivir en
plenitud y con todo su ser, el intenso drama que esta viviendo.
El intelectual, ve un símbolo, un ceremonial, y busca comprenderlo
dentro de la esfera de la mente, si este fuera religioso, tal vez
evocara algún sentimiento de religiosidad, un “recuerdo” de algo
parecido al sentimiento que en algún tiempo experimento.
El místico, ve un símbolo, o participa de un ceremonial, no solo lo
comprende mentalmente, sino que lo vive emocionalmente, ya no es el
recuerdo de religiosidad, es la vivencia actual, de ese momento y
lugar, el místico se adentra en el simbolismo del ritual, al grado que
el mismo se funde y se convierte en el ritual, todo él vibra, ya no
por la palabra, no por el personaje que esta representando, sino
porque el drama ritualistico es él mismo…esta es la diferencia entre
un masón verdadero, y un masón intelectual; la seriedad, profundidad,
reverencia y profundo respeto, son requisitos indispensables en todo
ceremonial; ya no son las palabras, las personas ni el lugar, lo que
merecen nuestro respeto, es la santidad del momento, del lugar, y de
cada uno de nuestros actos, ya no esta Pedro, Juan o Francisco, Es
Salomón, Hiram Abiff, Tubal Caín, Moisés, Enoch, Iblish, etc. los
personajes del ritual, no van a presentarse en carne y hueso, estos
poderosos personajes deben tomar presencia en los participantes, y no
se confundan, no estoy hablando de posesiones espirituales, sino que
cada uno debe sentir y convertirse en el personaje que le toco
representar… Pero no en forma intelectual, sino vivirlo con todo su
físico, intelectualidad, emotividad y espiritualidad, en pocas
palabras, con todo su ser.
¿Que importa, si el candidato a iniciarse, brinca o se agacha, si le
mojas las manos, o lo pasas por el fuego o el aire?, no son los actos
en si, sino la profundidad de cada segundo que se esta viviendo, el
ceremonial debe elevar las consciencia de los participantes, y todos
ellos ayudar al iniciante en su intento, ya no es el candidato, ya no
son los iniciadores, todos junto con el ritual, son uno solo, y todos
deben tener plena consciencia y unir esfuerzos por elevar al
candidato, si no a la esfera de la espiritualidad, al menos a la
esfera de la emotividad; si el candidato no logra despegarse del plano
material e intelectual, si su consciencia no alcanza a elevarse a las
esferas de espiritualidad del ritual... Todos hemos fracasado.
Todo ritual, y especialmente los de iniciación, deben despertar todos
los sentidos del ser, el sistema limbico es fundamental en este
proceso, existe una máxima que dice: “El cielo hace temblar la tierra,
pero, la tierra también hace temblar al cielo”, ¿Qué importancia tiene
el temor en el proceso de la iniciación?, ninguno, solo entorpece el
proceso de asimilación y los intentos por alcanzar los propósitos del
ceremonial, el temor en el candidato, es un añadido natural en su
persona, pero inducirlo por los iniciadores, es un error enorme, que
solo demuestra ignorancia y dificulta la comprensión del iniciante.
Cuando el místico, se encuentra solo, en su oratorio personal, siempre
se encontrara con dos poderosos guardianes del umbral, el temor y el
ego. Las puertas del templo están ahí, a unos pasos, pero antes ha de
vencer a tan poderosos adversarios. EL RITUAL Y SÍMBOLOS SON UN MEDIO,
NO UN FIN, el sendero no es el templo, y algunos se quedan caminando
eternamente, siempre se consideran imperfectos, siempre haciendo
penitencia e indignos de pisar tierra santa. Otros piensan que el
proceso de purificación es el templo, y jamás salen del sendero, ni
llegan a templo alguno…
El ego, es un poderoso enemigo, que se disfraza de distintas formas,
como: de humildad excesiva, actitudes silenciosas, poderosas
oratorias, voces vibrantes, que solo son eso, voces. El ansia de poder
se alía con el ego, escondiendo secretos que mucho tienen que ver con
la ignorancia, la soberbia, y el narcisismo humano y nada con la
orden.
El masón jamás debe perder su capacidad de asombro ni despegar los
pies del suelo. Más sin embargo, la sociedad que ha formado al hombre,
le impide asombrarse, o al menos lo oculta, pensando que mostrar esta
actitud, es poner en evidencia su ignorancia y debilidad, y esto le
impide aprender o descubrir los secretos del mundo y del hombre. Como
tampoco deben flotar en fantasías de la imaginación.
EL MASÓN DEBE DESCUBRIRSE A SI MISMO, en cada símbolo, en cada ritual,
en cada palabra, en toda liturgia. ¿Te has dado cuenta Q.’. HH.’. Que
cada grado que alcanzas en masonería, tiene una correspondencia real,
con cada momento importante y que ha marcado un paso trascendental en
tu vida? De acuerdo al momento que estas viviendo hoy, en tu familia,
trabajo, estudio, etc. ¿Qué grado tienes?, al que es Cristiano, le
hago la misma pregunta, ¿En que estación del vía crucis os encuentras
hoy?
La masonería no se sostiene en dogmas de fe, el masón siempre estará
observándose a sí mismo o proyectado en el resto del taller y
corrigiendo. La vida es el sendero, el hombre, y el objetivo es DIOS…
Pero no el Dios separado del hombre sino en el hombre mismo.
Masonería, Símbolos, Rituales, Liturgias, Lugares Santos, Templos,
Castillos, Arcas, Reyes, Príncipes, Guerreros, Sacerdotes, y Santos.
Todo eso y más, eres Tú, viajero del tiempo y del espacio, que buscas
con ahínco la fuente del saber… DIOS.
Recuerda, lo más triste de esta vida, es ignorar lo ignorantes que
somos, y llegar a la muerte, y descubrir que vivimos una vida engañada
y equivocada, y que jamás nos dimos cuenta de ello… y que la vida se
nos ha terminado.
Tú no eres el ego, ni la razón conceptual, del mismo modo, La
sabiduría de la Masonería no puede comprenderse a través de los
conceptos ni enunciados, es más, tampoco por el pensamiento lógico
porque este tiene su origen en el mundo externo y el concepto
intelectual. El Arte Real de la Masonería solo puede comprenderse por
la de la experiencia en el hombre con todas sus fuerzas e
individualidades que no por ello pierde su universalidad porque le es
imposible escapar tanto de la naturaleza como del universo. Las
respuestas al conocimiento Masónico solo pueden ser resultado de las
experiencias vividas en los mundos internos del ser… El colegio
invisible de la Masonería.
“El hombre es imperfecto, pero Perfectible”
Fraternalmente.
Lázaharo Hael. M.’. M.’.
Nota: El presente solo son reflexiones personales, no necesariamente
es la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leerlo.
Escrito 21 de octubre del 2009.
Glosario:
El sistema límbico.- es un sistema formado por varias estructuras
cerebrales que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos
emocionales. Está relacionado con la memoria, atención, instintos
sexuales, emociones (por ejemplo placer, miedo, agresión),
personalidad y la conducta. Está formado por partes del tálamo,
hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, séptum y
mesencéfalo.
El sistema endocrino u hormonal.- es un conjunto de órganos y tejidos
del organismo que liberan un tipo de sustancias llamadas hormonas y
está constituido además de estas, por células especializadas y
glándulas endocrinas. Actúa como una red de comunicación celular que
responde a los estímulos liberando hormonas y es el encargado de
diversas funciones metabólicas del organismo