EL HOMBRE Y EL EGO.- (Lázaharo Hael) - masoneria
Algún día que despierten por la mañana, muy temprano como de 3 a 4
aproximadamente, y todavía este oscuro al rededor suyo, el cuerpo aun
disfrutando de la relajación de una buena noche, Permanezcan en una
posición cómoda, agradable, y no pongan demasiada atención al físico,
la cama o la compañera que esta al lado, olvídense de todo y presten
atención en forma receptiva, sin formar juicio ni análisis alguno,
todo sin forzar nada, suave, natural y agradable, y aun con los ojos
cerrados, vuélvanse conscientes dentro de su propia mente, todo es
oscuridad, disfruten de la nada, solo percíbanse la existencia de la
facultad mental de ser… y sean conscientes del fluir de sus
pensamientos, pero no se identifiquen con ninguno, sean conscientes de
ellos como saliendo de la nada, y ustedes no formando parte de ellos,
sino siendo solo observadores, no importa cuan importantes, banales,
frívolos, o insulsos puedan ser, solo observen el proceso y sepárense
de ellos como algo ajeno a ustedes, vean, escuche, sientan, en una
palabra sean conscientes de ellos, no en su análisis, respuestas,
conclusiones o soluciones, solo sean conscientes del proceso, como
emergen uno tras otro del fondo inconsciente… y vuélvanse conscientes
de la separación entre ellos y ustedes, pareciese que son una sola
cosa, pero no es así, esfuércense en no esforzarse y conservar la
tranquilidad y ese estado de reposo físico, mental y emocional, y
vuélvanse conscientes de que esos pensamientos no emergen de vuestros
deseos o intenciones, sino del ego, que paradójicamente a pesar de ser
nuestro, no es nuestro yo, y en este ejercicio pueden hacerse
conscientes de ello.
El hombre al enfrentar las circunstancias en su lucha diaria por la
vida, especializa, si me permiten llamarle así, una parte de su mente,
en la cual forma no un solo ego, sino muchos egos, o muchos yo, los
cuales hacen frente en todo momento y lugar, ha las adversidades
propias de la vida, en la cual, el hombre asume diferentes roles o
personalidades, palabra que quiere decir mascara, en una actitud
defensiva heredada o creada, por la pulsión instintiva y generacional
de la conservación de la vida, y cuando digo vida, no es que
enfrentemos la muerte a cada instante, sino aseguramos la permanencia
del vivir en cada segundo; El hombre repite actos que en algún momento
nos dieron el resultado deseado, y esta repetición con algunas
variantes, formaron hábitos, como una especie de reflejos
conductuales, reflejos automáticos de acuerdo a una condición de vida,
y estos hábitos formaron nuestra forma de vida.
El hombre no es su personalidad, ego, ni su físico, se dice que el
hombre real es el pensador, pero el pensador esta confundido, y se
cree ser el ego o los egos que le representan en la sociedad. El
hombre debe convertirse en observador de si mismo y descubrirse en
medio de esta selva de Maya, la engañadora, el Satán Hindú. Y verse en
el espejo de su propia consciencia tal como es.
Los conceptos intelectuales de moral y buenas costumbres, inclusive su
religiosidad y concepciones de Dios no son reales, porque solo se
engaña a si mismo ha través de su propio ego al cobrar importancia el
creerse en lo “correcto”. Su centro de gravedad del yo es flotante, y
cambia constantemente según las condiciones o circunstancias del
entorno, de modo que el hombre que se manifiesta en la sociedad, es un
hombre virtual, un hombre que la sociedad ha creado y mueve a su
antojo a través de las circunstancias y exigencias de esta misma
sociedad y el momento histórico que se está viviendo. El verdadero yo
se pierde en la confusión de los múltiples yo virtuales que se cree
ser. El hombre antes de iniciar cualquier aventura mística o intentar
cualesquier cambio en él mismo, primero debe descubrir sus egos o
múltiples personalidades y conocerse su verdadero yo, fijando en este
ultimo con más estabilidad y permanencia su centro de gravedad.
Concluyo sin terminar:
En realidad el hombre es todo cuanto él tiene para caminar por el
mundo. El hombre busca su propia comprobación ha través de la
sociedad, porque es muy difícil calificarse a uno mismo, calificamos
de correcto todo aquello que cumple con nuestros deseos y agrados
aunque no sean correctos, como podría ser el caso de un borracho o un
ladrón. Pero a la vez alguien podría cuestionar ¿Qué es lo correcto?
El hombre podría ser perfectible, pero no es perfecto, y esto lo
descalifica para calificarse a sí mismo, pero él es todo cuanto tiene
para hacerlo… En el mundo solo están él y su consciencia.
Nuestra consciencia es el espejo donde podríamos vernos, pero es
menester limpiar su superficie, porque podría revelarnos una figura
deforme o grotesca por la suciedad o imperfecciones del espejo. Pero
bien podríamos considerar la posibilidad de que esta imagen fuese la
realidad de nosotros mismos, más sin embargo, el hombre solo se tiene
a sí mismo y él es la medida de todo cuanto existe en su vida, y es ha
él, al que le corresponde clarificar su consciencia y percepción de su
realidad.
La evolución del hombre, no consiste en sus triunfos o adelantos
materiales, tecnológicos, o intelectuales, estos podrían ayudar a
encontrar el fin buscado, pero el objetivo de la evolución es la
reintegración del verdadero hombre, la esencia, el maestro interior o
intimo, el alma, si le desean llamar así, y desarrollar sus facultades
en el proceso de la perfección y reintegración a sus orígenes, el
Padre, con los denarios ganados en su viaje por el mundo y la vida. El
sentido o motivo de la existencia del hombre sobre la tierra es: La
evolución del hombre hacia la realización como humano a través del
conocimiento, el saber que experimenta por medio de las circunstancias
que le brinda la vida, y trascender después, su propia naturaleza
humana hacia la divinización… porque el hombre es hijo de los Dioses,
y en proceso de realización…
El ego en todas las mitologías antiguas, lo representaban como
monstruos de varias cabezas, como la medusa de los griegos que
etimológicamente quiere decir “guardiana” o el cancerbero de tres
cabezas que cuidaba la entrada al Hades el inframundo griego, y otros
más, que personificaban la pluralidad del ego por sus cabezas, el
héroe de todas estas historias alegóricas y mitológicas eran los
iniciados que se enfrentaban ha estos monstruos y dragones que
cuidaban las puertas del inframundo. El escenario mitológico era en
realidad sus propios mundos internos, de los cuales había salido
victorioso al vencer su naturaleza inferior. Como los hizo Jesús de
Nazareth al bajar después de la Cruz a los infiernos resucitando
victorioso al tercer día entre los muertos como el Cristo redentor.
Este concepto de “muertos” Ouspensky en sus libros como <Organum>>, <>, y <desconocida>> lo menciona como “Hombres Maquina” y los H.’. Gnósticos
los definen con la frase “Dormidos” y J. M. Ragón en su libro <Masonería Oculta y la Iniciación Hermética>> como “Sonámbulos”
refiriéndose todos ellos, ha hombres que no son conscientes de si
mismos y mucho menos toman sus propias decisiones, sino que son
reactivos a las circunstancias de la vida por medio de sus fuerzas
instintivas asociadas ha sus múltiples egos.
El hombre busca en el mundo exterior y no encuentra, porque todo cobra
realizaron dentro de él mismo, es ahí donde debe buscar los tesoros de
su divinidad. Las iniciaciones, mitologías, Monstruos, Ángeles, Dioses
y Demonios solo existen dentro del hombre, los libros sagrados como
otros de profundidad filosófica, solo pueden hablar del hombre.
Templos, Arcas, Ciudades, Incestos, Guerras, Victorias, Cosmogonías, y
Deidades, solo hablan del nacimiento, evolución, muerte y renacimiento
del Hombre…
El hombre debe apartar un momento de su vida diaria para él, no para
leer periódicos, ver televisión, ir al cine, o asistir ha un partido
deportivo, sino para adentrarse en su interior, cerrar puertas y
ventanas al “Ruido” externo y buscar su Dios interior, su verdadero
yo, y después de una catarsis confesional con sinceridad suma, de
nuestros errores y defectos, buscar la perfección y realización del
yo.
El Cristo ha de regresar al mundo en el hombre nuevo, aquel que ha
superado su naturaleza inferior y a logrado vencer su individualidad
para convertirse en la humanidad entera, porque Adán, no es otra cosa
que la humanidad, y este ha de regresar al Jardín del Edén venciendo
ha Baphopeth, Leviatán y al Kerubin que custodia la entrada al Jardín
del Edén con su espada flamígera. El hombre es el principio y final de
si mismo, porque él marca los limites de su consciencia, como de igual
modo marca los horizontes hasta donde pretende llegar.
“Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” Lc. 10:38.
“No escribo para todos, pero todos son invitados a leerlos”
Fraternalmente
Lázaharo Hael. M,’, M,’,
Nota:
El presente, son, reflexiones y meditaciones personales, no
necesariamente representan la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Escrito: 14 de junio del 2010.
Glosario de Enciclopedia Wikipedia:
Ego o Yo en psicología, (del latín), se define como la unidad dinámica
que constituye el individuo consciente de su propia identidad y de su
relación con el medio; es, pues, el punto de referencia de todos los
fenómenos físicos.
El yo es un término difícil de definir dadas sus diferentes
acepciones. A lo largo de la historia su definición se ha relacionado
con otros términos como psique, ser, alma o conciencia. Pero una
aproximación académica exigiría hacer precisiones según la disciplina
desde la que se enuncie. El estudio del yo puede decirse que abarca,
disciplinas de orientación biológica, (psicobiología, neurobiología,
Neuropsicología, etc) tanto como disciplinas de corte filosófico y
humanista. El término yo desde una aproximación académica se
relacionaría con términos como conciencia y cognición.
La pregunta por el qué es, exactamente el yo, es quizá una de las
preguntas fundamentales del hombre y no sólo ha sido enunciada en la
ciencia sino en diversos sistemas religiosos y espirituales a lo largo
de la historia.
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