El método masónico
Un rito masónico -como el escocés antiguo y aceptado-, no es otra cosa que un método o sistema de trabajo-estudio por el cual los masones avanzan gradualmente hacia su superación moral e intelectual, toda vez que la finalidad de la Masonería es educar al hombre para hacerle mejor y que ocupe un sitio más adecuado en el edificio de la sociedad y de la vida universal. Este método es muy viejo. Su propósito es formar pensadores independientes deseosos de llegar por su propio esfuerzo a discernir la verdad. Los masones se interesan individualmente a todos los conocimientos humanos y pueden ser, si llega el caso y según les plazca, ocultistas, teósofos, metapsiquistas, etc., pero la Masonería se abstiene en absoluto de enseñar nada en cualquier orden de ideas. No tiene por misión resolver los enigmas que se presentan a la mente humana y no se declara a favor de ninguna de las teorías explicativas de los hechos sensoriales, nos dice Oswal Wirth en El Ideal Iniciático. Indiferente a toda suposición arriesgada, la Masonería se coloca por encima de los sistemas cosmogónicos formulados por las religiones o por las escuelas de filosofía. Lo que preconiza, es este prudente positivismo que toma por punto de partida en todas las cosas, lo comprobable. Más de uno ha llegado a confundir los rituales masónicos con los religiosos, sin embargo hay que precisar que efectivamente son místicos en cuanto a su forma, pero filosóficos en su contenido. Los masones abandonan la teología a los teólogos, cuyos dogmas levantan apasionadas discusiones cuando no conducen a las guerras o a persecuciones inicuas. Al dogmatismo rígido e intransigente la tradición masónica opone un conjunto de símbolos coordinados lógicamente de manera a explicarse unos por otros. Los espíritus reflexivos se encuentran de tal suerte solicitados a descubrir por sí mismos los misterios a que alude el simbolismo.
Publicado por MISIÓN DE LA MASONERÍA Cantera del Potosí "Desbastar la piedra es mucho más que pulirla. Los golpes deben ser certeros y medidos. No hay que hacer demasiado ruido ni aspavientos para dar señal de buen cantero" HISTORIAS DE MASONES, Manuel Ayllón